El Icono de María

 

Decía San Bernardo que de la Virgen numquam satis, es decir, que nunca se ha hablado y tratado suficientemente. En las páginas escritas por el teólogo Bruno Forte y que ahora presentamos, aletean la ilusión de que la meditación de la vida de la Virgen María cale en los cristianos con tanta hondura y profundidad que se coinvierta en camino de contemplación y de verdad. Así se refiere a la conocida expresión de Evdokimov "La belleza salvará al mundo; pero no una belleza cualquiera, sino la belleza del Espíritu Santo, «la belleza de la mujer revestida de sol»"(273). Es decir la belleza de la Virgen Madre.

Ya en las primeras páginas de la mariología actualizada y rejuvenecida de Bruno Forte queda claro que "El misterio de María pone juntos el cielo y la tierra, lo totalmente otro y lo totalmente dentro" (20). A lo que añade: "El camino de la verdad y el camino de la belleza, el relato argumentativo y el símbolo sólidamente fundado llegan entonces a integrarse cuando se habla cristianamente de María" (22)

El título del trabajo: María, la mujer icono del misterio, queda explicado enseguida: "El camino de la belleza, junto con el camino de la verdad, mueve entonces a reconocer en María el valor de un icono, de una figura que remite densamente a la trascendencia que ha entrado en la inminencia del mundo, precisamente por la puerta de la salvación que fue la Virgen Madre" (23).

Como recuerda Forte: el icono es la visión de las cosas que no se ven (168). Por tanto: "María es icono del Misterio en el doble sentido del movimiento del Altísimo hacia su criatura y del movimiento de la criatura hacia su Dios" (95).

Lógicamente en el centro de su argumentación nos recordará que "La maternidad divina -en su aspecto ontológico y en el milagro de gracia que la constituye- es en ese sentido el punto de partida de toda prerrogativa y de toda función de la Virgen Madre" (45).  Es más, "María no habría podido de ninguna manera realizar lo que realizó, si no hubiera sido escogida y preparada previamente por Dios en un designio de elección eterna" (184).

Pero una madre solícita, pues "En el amor la mujer sabe antes de saber; el ojo de una madre mira y ve lo que no es visible a los demás" (273). En Caná de Galilea es Ella la que advierte el problema: no les queda vino. Una madre atenta y solicita (99). Después dirá: 'El hombre aportará a la santidad la huella de la audacia creativa, del camino hacia lo inexplorado y lo nuevo, de la eficacia productiva de la historia visible; pero será la mujer la que lo enriquecerá por dentro, la que baje a las profundidades, la que atestigüe el valor de la gratuidad, aparentemente improductiva e inútil" (272). Es pues fundamental, la meditación de su vida: "La madre entra en lo profundo de la vida del discípulo, forma ya parte inseparable de la misma, como un bien y un valor irrenunciable" (105).

Forte subrayará la función de icono de María como Madre de Dios y madre de los cristianos: "Al ser la madre de Jesús una mujer concreta, el texto parece indicar una relación privilegiada entre ella y cada uno de los creyentes, más allá de la relación entre ella y el conjunto de la familia escatológica del Señor" (106). Y añadirá el testimonio antiguo de los Santos Padres: "«El solo nombre de la Madre de Dios contiene todo el misterio de la economía de la Encarnación» (De fide ortodoxa, III, 12). Esta frase de san Juan Damasceno, el sello de los padres como se complace en llamarle la Iglesia oriental, resume perfectamente la línea constante que brota de la memoria de la fe en torno a María" (163).

Las páginas finales recuerdan que también el siglo XXI la Mariología es muy importante para la vida de la Iglesia: "En la escuela de María la Iglesia aprende el amor al silencio interior, la escucha profunda en donde la palabra viene a plantar su tienda entre los hombres" (198). Y en la respuesta a la gracia de los cristianos: 'En el sí de María el ser humano, llamado a amar, se descubre llamado a la libertad y al mismo tiempo se le manifiesta que sin libertad no hay amor, ya que no hay gratuidad" (238).

 

José Carlos Martín de la Hoz

Bruno Forte, María, la mujer icono del misterio. Ensayo de mariología simbólico-narrativa, ed. Sígueme, Salamanca 2015, 284 pp.