El impulso económico

 

Dentro del trabajo del historiador alemán Philip Blom (Hamburgo 1970) acerca del cambio climático en el siglo XVII dentro de la vieja Europa y enmarcado, especialmente en los Países Bajos y en Inglaterra, se adentra e ilumina otras muchas cuestiones, entre otras la economía, a las que deseamos hacer referencia en estas breves líneas.

En primer lugar, nuestro autor recuerda que “desde el siglo XVI los mercados fueron una de las principales preocupaciones del Estado en el ámbito mercantil” (101). Es el momento de la creación del consejo de Indias en España y en Portugal, o de las Compañías de Indias en Londres y Amsterdam, y por tanto de la creación de mercados exteriores de gran volumen y la vez interiores en Europa, pues todos comunican con todos: “el comercio en cuanto actividad regulada y orientada hacia las ganancias fue imponiéndose cada vez más sobre la prioridad de la cohesión social” (101).

Enseguida, hace referencia nuestro autor a que el enfriamiento de Europa va a provocar un desastre económico en un sistema de producción basado en el cultivo de grano, que por las malas cosechas inmediatamente acudirá al miedo, a echarle la culpa a la brujería o a un castigo divino, pero que pronto tendrá que reaccionar, aunque sea cambiando un modelo que tenía mil años de antigüedad, de hecho algunos campesinos holandeses emigran a Inglaterra o cambian a producir carne mantequilla y quesos, con lo que al dejar las tierras en barbecho un tiempo tienen yerba para los animales y para cultivar otras cosas por recuperación de la tierra  (102-103).

El descubrimiento del Nuevo mundo y del Extremo oriente son dos mercados inmensos, uno enviará a España de vuelta oro y plata, pero también patata, azúcar, cacao, y tabaco. Y llevará a América todo, pues quieren vivir como ciudadanos de Catilla, con cerdos, caballos y perros por todas partes. El del Extremo Oriente traerá especies, porcelanas, y reportará el oro negro o la trata de esclavos (104).

Yerra Blom cuando atribuye a la Iglesia católica el monopolio de la educación con fines partidistas, lo cual es sencillamente un anacronismo de nuestro autor. La Iglesia se empleó a fondo en difundir el mensaje del evangelio y promovió, consecuentemente, la filosofía, la teología, la ciencia, la cultura y las artes porque dignifican al hombre que es imagen y semejanza de Dios (105). Por otra parte, acierta con el valor y la importancia de la Compañía de Jesús en la formación de la juventud en Europa (107).

Finalmente, señalará nuestro autor, que uno de los impulsos de la economía surgió de las guerras de religión y de la necesidad de dinero por motivos reales: pagar las tropas, dar respuesta a la demografía creciente, la vez, conseguir mejores beneficios económicos, impulsar la productividad, crear empleo, impulsar el desarrollo social, todo compatibles con la salvación, pues estamos entre la Edad Media y la Ilustración y la fe en la otra vida está ampliamente extendida en las capas de la sociedad (127).

José Carlos Martin de la Hoz

Philip Blom, El motín de la naturaleza. Historia de la pequeña Edad del Hielo (1570-1700), así como del surgimiento del mundo moderno, junto con algunas reflexiones sobre el clima de nuestros días, ediciones Anagrama, Barcelona 2019, 343 pp.