El profesor Fernando Vallespín de la universidad Autónoma de Madrid ha realizado un interesante recorrido por la obra de la filósofa judía y letona Judith Shklar (1928-1992), nacida en Riga, quien fue la primera mujer catedrática de filosofía política de la Universidad de Harvard, en 1970, para lograr caracterizar “el liberalismo del miedo” que fue la síntesis del pensamiento filosófico y político de nuestra autora y por lo que es conocida mundialmente.
La decadencia de la obra de Jhon Rawls en Estados Unidos y en el mundo está haciendo emerger la figura de Shklar quien había quedado eclipsada ante el éxito abrumador del Rawls en 1971 con su “teoría de la justicia”, siendo colegas de campus universitario y de alumnado.
Además, es indudable que el liberalismo realista que preconizaba Shklar cuadra mucho más con el escepticismo de nuestro tiempo e, indudablemente, con las perspectivas políticas que estamos viviendo (14).
Precisamente el enfoque más antropológico que político de nuestra autora ha hecho superar el escepticismo de Rawls y recuperar una figura que lucha contra el individualismo de la sociedad actual (15).
El “liberalismo del miedo”, según nos explica Vallespín, consiste en “poner la crueldad en primer lugar”, es decir, “hacer de la prevención de este inmenso mal, del sufrimiento que potencialmente pueden infligir los poderes públicos -o unos hombres a otros- en principio regulativo que debe sostener toda política. Puede parecer una propuesta seca o fría, o incluso simplificadora, pero el desarrollo que de esta idea básica hace Shklar resulta al final tremendamente fructífero” (16).
Indudablemente, Fernando Vallespín buen conocedor de nuestra autora, va a extraer el concepto de “justicia cosmopolita” (17) que resulta de una índole antropológica muy superior a la de Jhon Rawls y por tanto retomará el camino de las ideas en la Universidad de Harvard donde dominaron el panorama filosófico.
Es muy interesante, dentro de la propuesta antropológica de Shklar, cómo plantea el concepto de “bien en positivo en el cual el ejercicio de la libertad y el respeto de los derechos se convierte en el aspecto fundamental” (19).
Las líneas de fuerza de nuestra autora serían: “gobierno de la ley como mecanismo de protección de los derechos individuales, hipersensibilidad hacia los potenciales abusos de los poderes públicos, y una concepción de la libertad próxima a la dimensión negativa de la misma. Eso sí, cargada del pathos propia del liberalismo de la Guerra fría en su obsesión con el totalitarismo y la pesadilla de la desmesura estatal” (47-48). Es evidente, que “escepticismo y esperanza se dan la mano en la obra de Shklar” (167).
José Carlos Martín de la Hoz
Fernando Vallespín, Judith Shklar y el liberalismo del miedo, Trotta, Madrid 2025, 182 pp.