En torno a la novela policíaca

No soy asiduo de la novela policíaca, aunque me gusta leer alguna de vez en cuando. Sin embargo, me parece que Christi, Simenon, Chandler, Hammet, Mankell, Márkaris, Silva, por citar algunos, son escritores valiosos que, con este tipo de novelas, buscan algo más que entretener, pues tratan de reflejar y criticar al hombre contemporáneo e indagar en las complejidades y contradicciones de la sociedad en que vivimos.

Me pregunto a menudo por el auge de este género narrativo en los últimos decenios. Probablemente los factores son muchos: la influencia del cine y de la televisión, el éxodo creciente del ámbito rural al urbano, con todos los cambios que esto supone, el éxito editorial de novelas de intriga, acompañadas de buenas campañas de promoción, y la necesidad de adaptarse a esa demanda por parte de los autores,  la búsqueda de emociones fuertes cuando abunda la vida monótona y sedentaria…

Pero pienso que este tipo de novelas refleja, además, la crisis cultural y social que padecemos. A pesar de las diferencias de ambientes y variedad de situaciones que describen, me parece que hay algunos puntos comunes en la mayoría de estas obras de ficción: escepticismo y relativismo generalizados que, a veces, llegan incluso hasta el cinismo y el nihilismo de fondo; crítica generalmente negativa de la sociedad, a la que se tiende a culpar tanto o más que al individuo; una épica del antihéroe y del fracasado más que del héroe; escasa fe en la capacidad del hombre para lo grande y noble…

En La brigada de Anne Capestan, exitosa primera novela de la periodista francesa  Sophie Hénaff, con un planteamiento original, una buena intriga, una detallada ambientación, unos diálogos acertados y unos personajes humanos, el trasfondo refleja el escepticismo imperante, que necesariamente tiene poco recorrido, porque lleva inevitablemente a un callejón sin salida. Se podría objetar que esto sería lo lógico en este género narrativo, puesto que la acción se desarrolla entre criminales, corruptos... ¿Pero no será quizá al revés?, ¿no será que el relativismo nihilista nos lleva a ver el mundo criminalizado y sin solución para resolver los conflictos y encontrar sentido a la existencia y por esto encuentra un gran campo narrativo en lo policíaco?

Luis Ramoneda   

 

Sophie Hénaff, La brigada de Anne Capestan2016 Alfaguara, 304 pgs.