Entorno a la felicidad

 

Resulta de un gran interés el desarrollo que realiza el profesor Emanuele Felice de la Universidad de Pescara y experto economista de una cuestión perenne como es el sentido de la vida y de la felicidad.

En primer lugar, llama la atención que este extenso trabajo dedica en realidad la mayoría de sus páginas a trazar una somera historia de la economía y de desarrollo agrario, ganadero, bursátil, económico e industrial tanto en el primer mundo como en los demás.

Solamente, de modo casi fugaz y avergonzado se referirá breve y puntualmente a cuestiones como qué es la felicidad, qué dice la psicología de un hombre feliz, o que aporta la sociología actual sobre los grados de felicidad.

Es evidente que teme entrar en profundidad en las conclusiones de la filosofía actual, pues existe actualmente una clara dicotomía entre los valores tradicionales; el amor, la familia, el desarrollo personal, y los niveles más profundos de nuestro ser; como estar a bien con los demás, o más profundo todavía; estar haciendo lo que Dios le pide a cada uno en si oración personal.

Evidentemente, al eliminar prácticamente el sentido religioso y reducirlo a una cierta ética y examinar la relación entre felicidad y economía se debe detener en el jardín del Edén como un mito del homo sapiens separado del pecado original, pero también de la feliz relación del hombre con Dios que se refleja en el libro del Génesis, e incluso llegar a concluir que el hombre cazador era más feliz que el ganadero (278).

La explicación de san Agustín y su tratado sobre la construcción de la ciudad de Dios en el mundo le sirve de parangón para desarrollar un resumen del tratado que denomina primer estudio de filosofía de la historia: “Agustín de Hipona se mostraba convencido de que el ser humano puede aspirar a la felicidad, no ya solo a través de una búsqueda individual, sino también colectiva, social. Sin embargo, no la alcanzará en este mundo, sino en el celestial, porque aquí seguimos estando, a fin de cuentas, en el valle de lágrimas” (279).

Enseguida, narrará el gran problema económico de nuestro tiempo que hace difícil, para nuestro autor, la posibilidad de la felicidad, y es la cuestión de la desigualdad, a la que denomina la primera gran barrera de la humanidad actual. Agravado sin duda con el problema de la desigualdad jurídica entre los pueblos como está mostrando el problema terrible de la emigración: “nunca la injusticia ha sido tan difícil de aceptar, ya que mina las bases de la convivencia” (280).

 El libro terminará de mofo optimista ante los síntomas de la recuperación de la ética global, el impresionante desarrollo de la solidaridad mundial, la defensa habitual del valor de la libertad, del protagonismo de los jóvenes, “hoy más que nunca, la humanidad es artífice de su propio destino. O dicho de otro modo de su felicidad” (281).

José Carlos Martin de la Hoz

Emanuele Felice, Historia Económica de la felicidad, ediciones crítica, Barcelona 2020, 350 pp.