Entorno a las raíces cristianas de Europa

 

El profesor José Orlandis (1918-2010), catedrático de historia del derecho y máximo especialista en historia, arte y literatura visigoda en España redactó hace unos años con motivo de la visita del papa san Juan Pablo II a Santiago en 1982 (y su llamada a recuperar la identidad europea a través del camino de Santiago) un importante trabajo sobre la incorporación a la Iglesia de los pueblos germánicos que habían invadido el imperio romano y, sobre esas conversiones habían empezado a construir Europa hasta convertirla, siglos después, en la Europa de las naciones.

Precisamente, el intento fallido de constitución europea a comienzos del siglo XX, con fracaso estrepitoso para llegar a una mención a la Iglesia Católica no solo honorífica sino de sincero reconocimiento, provocó un gran debate en el seno de la comunidad económica europea que todavía no se ha dado por concluido, puesto que sería necesario aceptar la realidad cristiana que la impregna completamente y eso algunos no están todavía dispuestos a reconocerlo, ni  admitirlo.

Ediciones Rialp aprovechó aquel debate para pedir al profesor Orlandis que redactara una nueva versión de aquel primer trabajo y aportara nueva documentación y un enfoque renovado, de ese modo vería la luz el ensayo que ahora presentamos, uno de los últimos del venerable profesor antes de su fallecimiento, con un título completamente nuevo: “las raíces cristianas de Europa”.

En realidad, la lectura de este breve ensayo, nos ha hecho pensar que convendría no solo una reedición del mismo para las nuevas generaciones, sino también la redacción de uno nuevo, pues el que ahora presentamos solo cubre el primer milenio del cristianismo, pero también para poder construir una nueva Europa fuerte, cohesionada y vibrante, haría falta volver a las raíces cristianas que posibilitaron el rescate, la recuperación, la unidad y la consolidación de Europa en tiempos como los de la Reforma, el siglo de las luces, el regalismo, el liberalismo, el anticlericalismo y las terribles ideologías  y, finalmente, el convulso siglo XX donde tantas ideas anticristianas terminaron por demostrarse no sólo nocivas para Europa sino causa de la muerte y la barbarie.

Es muy interesante que en el desarrollo de la Evangelización de aquellos pueblos bárbaros que habían conquistado vastos territorios de Europa como España, Italia, Inglaterra, Francia, Sajonia, Países Bajos, etc., tuvieron gran importancia los Romanos Pontífices enviando directamente misioneros a muchos lugares y especialmente eran tomados de los hijos de san Benito, como después serían los de san Bernardo de Claraval, etc. Asimismo, desde la santa sede se abordarán las relaciones con el Sacro Imperio Romano Germánico y con los reyes para organizar no solo cruzadas, sino también misiones llamadas a defender Europa.

Finalmente, el Pontífice Romano desde los famosos “Dictatus Papae” de Gregorio VII en 1075, emprenderá el camino de la libertad para la Iglesia, las investiduras, para elegir obispos que fueran la pieza clave de la conversión de Europa. Es decir, el ejercicio del Primado tuvo mucha más actividad en el Segundo milenio y ello ha de ser tenido en cuenta pues indica el alto grado de implicación del Santo Padre, sus conocimientos a través de las nunciaturas y, finalmente, la gran categoría humana y sobrenatural de sus pontífices.

José Carlos Martín de la Hoz

José Orlandis, Europa y sus raíces cristianas, ediciones Rialp, Madrid 2004, 196 pp.