Entrevista a la Inteligencia Artificial

 

Alguien ha dicho que en la sociedad actual siempre hay que estar preocupado por algo, si no es por una pandemia será por una sequía o tal o cual guerra. Hoy, además de las preocupaciones tradicionales ha surgido un nuevo foco de inquietud con la Inteligencia Artificial; en lugares como el Congreso de los Estados Unidos o el Parlamento Europeo ya se estudian sus riesgos y una posible regulación legal.

Lo primero que conviene aclarar es que no hay una sola Inteligencia Artificial sino muchas, igual que hay muchos peródicos, emisoras de radio o canales de televisión. Los hechos informativamente hablando son los mismos, pero su tratamiento puede ser distinto. La IA es un sistema informático que proporciona asesoramiento a los usuarios en base a una información que previamente se ha introducido en un ordenador central o base de datos; bastará conectarse y plantear al sistema aquellas cuestiones que estimamos que éste puede responder, si las respuestas están bien articuladas el usuario actuará igual que si estuviese tratando con otro ser humano cuando en realidad está interactuando con un ordenador que puede estar defectuoso o mal programado.

En la revista Aceprensa de enero de 2024, el periodista interroga a un sistema de Inteligencia Artificial ¿qué puede decirle sobre sí mismo? La respuesta a muchas de las preguntas es "carezco de datos acerca de lo que me preguntas". El sistema aclara que "mi capacidad para proporcionar respuestas está determinada por las actualizaciones y mejoras realizadas por los ingenieros. Mi última actualización [fue] en enero de 2023, por lo que no tengo información sobre desarrollos específicos ocurridos después de esa fecha". Queda claro que el ordenador no tiene más información que la que previamente se ha introducido en él.

¿Cuál es entonces la utilidad de la Inteligencia Artificial? La virtualidad del sistema está en su capacidad para combinar los datos que almacena para proporcionar respuestas coherentes o que puedan parecerlo. La IA se aplica a sí misma el verbo entrenar: "Mi entrenamiento -afirma- se basa en una amplia gama de textos, incluyendo libros, artículos, sitios web y más". ¿Sabemos cuáles son esos libros, artículos, etc? No, no lo sabemos, pueden ser tanto las tesis de Marx como las publicaciones de Milton Friedman. ¿Sabemos quienes son los programadores y a qué información dan preferencia? Tampoco, además el sistema puede haber sido hackeado, estar mal programado o ser defectuoso.

El propio sujeto virtual recomienda a los usuarios que verifiquen su información a través de fuentes fiables, pero si hay que contrastar la información es posible que se acabe antes acudiendo a esas fuentes. También aconseja desarrollar el sentido crítico, un consejo extraño cuando proviene de un medio de comunicación. Todos hemos escuchado la expresión "lo han dicho en la televisión" o "viene en el periódico de hoy", parece como si los medios de comunicación dieran a las noticias un marchamo de autenticidad ¿qué diremos entonces cuando la información la da algo rotulado como inteligencia, que pretende haber obtenido sus datos a través de una pluralidad de fuentes y se recibe por un medio sofisticado como es un ordenador?

El sistema entrevistado por el periodista afirma tener incorporadas "pautas éticas", pero las pautas éticas no se siguen en todos los casos y por todos los sujetos, por lo que no se puede excluir el uso malicioso de la información. Se sugiere igualmente que el sistema pudiera entrenarse a sí mismo a través de las informaciones que recibe de los usuarios, algo parecido a la echadora de cartas (o echador, es lo mismo) que sabe lo que tiene que contestar a un cliente en base a la información que el mismo proporciona.

En conclusión, parece ser que la Inteligencia Artificial no sirva para alcanzar un conocimiento superior, pero que puede ser aplicada para fines concretos que admitan un tratamiento estadístico, como son los diagnósticos médicos, previsiones climáticas, estudios biográficos o las mismas decisiones empresariales, y siempre sujeta a una supervisión humana.

Juan Ignacio Encabo Balbín
Alvaro Sánchez León, Aceprensa, enero 2024