Escenas goyescas



A estas alturas supongo que habrán
oído que se ha estrenado en España, a "bombo y
platillo", la película "Los Fantasmas de Goya", que
según el afamado crítico de cine, Jerónimo José Martín,
puede calificarse de un auténtico panfleto anticatólico.



Vale la pena resaltar lo que pone en evidencia el
tema de la
película. Todo gira alrededor de una chica, que es
modelo de Goya, que en un momento dado, en un mesón, hace un comentario
despectivo de un cochinillo que ella o alguien va a comer y, entonces, dos
oficiales de la inquisición la oyen y la denuncian por judía, lo
que le lleva a una condena de veinte años.



En
fin, todo parece muy realista, plásticamente filmado y radicalmente
falso. La Inquisición no perseguía a los judíos,
sencillamente porque eso no es una herejía. Lo que buscaba descubrir era
a los judíos que se habían convertido al cristianismo y
después había abandonado la fe cristiana y, ocultamente,
practicaban el judaísmo. En una sociedad, como la española del
siglo XVI, donde se estaba llevando a cabo la reforma de las órdenes
religiosas, del clero secular, de la Teología católica, etc., la
apostasía era la mayor de las herejías, pues conllevaba la
condena eterna. Y siendo eso muy grave, también lo era que la
herejía atacaba el punto neurálgico de la unidad de los reinos llevada
a cabo por los Reyes Católicos.



Lo
que buscaba el tribunal de la Inquisición era la conversión del
hereje y su arrepentimiento. Por eso la realidad fue que
la mayoría de las sentencias del tribunal terminaba en la
absolución, sencillamente porque la mayoría de las denuncias de
herejía se comprobaba que eran falsas, que se trataba de falta de
verdadero conocimiennto del cristianismo, o de prácticas meramente
culturales. Otros eran reconciliados con penitencias, que se dividían en
de "levi" o de "vehementi", dependiendo de la intensidad de
la pena impuesta, lo que sucedía también en una alta
proporción. Desde luego, no le caían a una jovencita 20
años de prisión, pues no tenían capacidad las cárceles
inquisitoriales para eso. Más bien las penas eran penas
"medicinales": las necesarias para fortalecer el alma; oraciones,
penitencias, etc.



Y
finalmente podía ser la sentencia de "relajación", para
el hereje impenitente, bien en persona o en efigie, cuando el reo se
había fugado o había fallecido. Las cifras de relajados por la
inquisición en sus tres siglos y medio de historia, se estima en un 1.8
% de entre unos 100.000 procesos. Hay que decir que las 3/4 partes de los
mismos, tuvieron lugar de 1478
a 1540. En este período es donde se dan
fundamentalmente procesos de judaizantes. El resto de los procesos (1/4) se
produjeron en los tres siglos restantes.



Para colmo la
acción de la película transcurre en 1792, cuando acaba de tener
lugar la
Revolución Francesa (1789) y el país no
está para espectaculares Autos de Fe, como muestra la película,
ni para casi nada, pues Carlos IV y su favorito, Godoy, estaban más
preocupados por salvar la Corona y la cabeza que de buscar judaizantes, en todo
caso estarían preocupados de buscar "librepensadores".



Que
nadie debe ser juzgado por sus ideas y que, por tanto, está bien abolida
la Inquisición española en las Cortes de Cádiz (1812), y
finalmente en 1833, no permite a ningún guionista informado manipular la
historia tan descaradamente.



José Carlos Martín de la Hoz


Academia de Historia Eclesiástica