Fragilidad y precariedad

 

El profesor de Filosofía de la Educación de la Facultad de Pedagogía de la Universidad Autónoma de Barcelona, Joan-Carles Mèlich, ha recogido en este ensayo que ahora presentamos, diversos artículos ya publicados y otras consideraciones inéditas acerca de la fragilidad y precariedad de nuestra cultura occidental contemporánea con ánimo de ofrecer nuevos caminos.

Es interesante estudiar cómo plantea nuestro la base del problema que desea acometer, pues partirá de un duro e inexorable juicio acerca de lo que denomina los caminos metafísicos, o las “filosofías metafísicas”, en cualquiera de sus formas: “han pensado la vida desde una razón descorporeizada, una razón sin relato y sin historia, y han reflexionado sobre el mundo y organizado las bibliotecas desde sus férreas disciplinas y según esa lógica” (15).

Inmediatamente, marcará la estructura fundamental de su propuesta: “Lo que se sostiene en este ensayo que para aprender de nuevo a ver el mundo hay que habitarlo, y sucede que los discursos metafísicos no permiten hacerlo en su radical ambigüedad. Aquí propongo pensar la condición humana desde las palabras prosaicas de una «razón desvalida» y, de ese modo, abrir una débil puerta al fluir del tiempo” (16).

Inmediatamente, nuestro autor buscará la serena contemplación de algunos textos de los llamados clásicos con los que intentará sorprender al lector y hacerle admirarse de nuevo: “habrá que atreverse a habitar en el mundo sin brújula, a andar a tientas, avanzando y retrocediendo, porque en el camino uno no sabe, uno duda, se interroga, vuelve hacia el pasado y piensa en lo que ha quedado olvidado en la cuneta de la historia. Nadie sale del laberinto” (16).

Lógicamente, en este ensayo, como otros redactados actualmente sobre la materia, lo más importante es estudiar la bibliografía que aporta, las citas de los clásicos que introduce y el índice onomástico de los autores que ha introducido, puesto que en realidad, nuestro autor como los ensayistas de nuestro tiempo desea provocarnos e intentar hacer que pensemos por nosotros mismos.

En esa dirección, la crítica que podríamos hacer a nuestro autor es la de haber escamoteado al lector, textos y autores que podrían devolver la esperanza en la verdad de la contemplación, del amor, la belleza, la bondad y el bien, puesto que la sabiduría que encierra muchos textos clásicos ha mostrado es generadora de grandes aventuras del espíritu del pasado. Claramente, aporta una visión pesimista, descorazonadora y crítica.

Evidentemente que se aprende abundantemente con los textos de Wittgenstein, Kafka, Heidegger, Rawls, Nietzsche, Dostoievski, Freud, e incluso del Antiguo Testamento, por citar los autores más abundantemente señalados en el pesimista trabajo de Joan Carles Mèlich, pero también podemos afirmar que hay abundantes luces en el Nuevo Testamento, en Aristóteles, o en San Agustín, Santo Tomás Moro, en la propia literatura clásica griega y latina.

José Carlos Martín de la Hoz

Joan-Carles Mèlich, La fragilidad del mundo. Ensayos sobre un tiempo precario, ediciones Tusquets, Barcelona 2021, 252 pp.