Franco y la Iglesia



En
la presentación del libro el Prof. Suárez señala el objetivo de su trabajo: resumir
lo referente a las relaciones entre Franco y la Iglesia contenida en los seis
volúmenes publicados hace años con el título Franco, crónica de un tiempo. Por otra parte, a lo largo de estas
líneas realiza una actualización de su pensamiento al confrontarlo con la
historiografía reciente.


El
conjunto de la obra es de gran solidez, fundamentalmente por los documentos
aportados: "Se incluyen documentos que a mi juicio, resultan imprescindibles.
Trato de ceñirme a la norma de alejarme cualquier juicio de valor, ateniéndome
a lo que los historiadores deben proporcionar, es decir, un relato bien
explicado de los sucesos, y dejando al lector la tarea de extraer las
consecuencias" (p.7).


Desde
las primeras páginas el autor fundamenta cómo, durante la guerra civil, "los
obispos no ocultaban, de cuando en cuando, la angustia que les producía ver que
también en la zona nacional se cometían violencias. Pero en este aspecto su
influencia fue escasa; salvo en lo referente a la salvaguarda del clero" (p.9).


Se
detiene, a raíz de los Documentos aportados por Cárcel Ortí
en su reciente trabajo sobre Pío XI, en la situación durante la guerra civil: "Pacelli, que contaba con el apoyo de Vidal y Barraquer y también el de Gomá, veía
las cosas de otro modo. Un reconocimiento prematuro de la legitimidad del
gobierno de Franco podría causar mucho daño a los católicos que aún estaban en
la zona roja, y el retorno del sistema de representación no era en modo alguno
aceptable" (p.24).


Al
referirse a los primeros días después de la guerra civil, señala: "Durante los
siguientes años, la Iglesia ofreció un respaldo firme al Movimiento Nacional evitando
de este modo que incurriera en el totalitarismo neopagano que se estaba
difundiendo por Europa: el catolicismo pasaba a ser, sobre todo en la Sección Femenina,
doctrina medular, de acuerdo con esta situación" (p.53). Y, un poco más
adelante, en el franquismo: "Es imprescindible recordar que el apoyo de la
Iglesia al Régimen creado por Franco fue esencial para evitar que el mismo
derivara hacia el totalitarismo. Fue un Régimen autoritario pero no
totalitario, es decir nunca el Estado estuvo sometido al Partido, sino a la
inversa" (p.92). Y en confrontación con la tesis de Botti:
"Me parece que resulta más correcto para entender la nueva situación, emplear
el término catolicismo nacional y no nacionalcatolicismo, ya que el sustantivo
estaba producido por la fe y no por la nación" (p.217).


Respecto
al giro propiciado por el Concilio Vaticano II, señala: "Todo el Régimen se
apoyaba sobre la confesionalidad, como su valor esencial, y ésta no podía ser
abandonada, sin que el propio Régimen se derrumbara" (p.453).


Las referencias al Opus Dei son abundantes aunque, a
tenor del volumen de la Obra y la minuciosidad con la que trata los asuntos,
queda bien enmarcada. Respecto a la época de la Asamblea Conjunta
y del Documento Romano, sigue a Vicente Carcel en su Pablo VI y España, y matiza muchas de
las afirmaciones de las supuestas memorias del Cardenal Tarancón
(pp. 812-846).


 


José Carlos Martín de la Hoz


 


Luis SUÁREZ FERNÁNDEZ, Franco y la
Iglesia
, ed. Homolegens, Madrid 2011, 974 pp.