La
elaboración de la historia reciente de España requiere, como
cualquier otra etapa del pasado, 
perspectiva y documentos. En ese sentido faltan muchos años hasta
que pueda precisarse y presentarse con mayor objetividad.


            A
la vez, son muy importantes los guías para adentrarse en la abundantísima documentación a la que los
investigadores están teniendo acceso. Hay  exceso de información y eso
requiere una fina metodología.


            De
lo anterior se deriva que los primeros resultados de esta investigación
histórica, deban tomarse con precaución, pues todavía
faltan muchos de los elementos señalados. Todo ese material
necesitará, finalmente, ser cribado con las fuentes autenticadas y
entonces, con la necesaria perspectiva, podrá ser analizado.


            En
ese sentido este trabajo de García de Cortázar resulta
interesante, por la aguda capacidad de síntesis que ofrece, la buena
calidad de las fotografías y la documentación que aporta.
Además está escrito con agilidad.


            El
autor subraya como fue la vida cultural la que terminó por derrumbar la
construcción franquista. España estaba, desde los años
sesenta incorporada a Europa y el intercambio de ideas y de planteamientos con
el exterior se producía con una fuerza imparable.


            De
todas formas, conviene precisar aún más el tratamiento que hace
el autor de los tecnócratas: “Personas
de formación económica incorporadas al gobierno franquista a
partir de 1957. El único vínculo entre ellas era su pertenencia
al Opus Dei. La prensa llamó a este grupo tecnócratas porque la mayoría
eran técnicos. Laureano López Rodó fue uno de sus
representantes destacados
” (p.97).  En primer lugar hay que decir que no
eran todos del Opus Dei. Y, en segundo lugar que los miembros del Opus Dei
entendían su actuación en política como una actividad
personal, desarrollada con plena libertad y responsabilidad.


            Es
decir, que si López Rodó, Ullastres y
Navarro Rubio llegaron a una coherencia en sus medidas económicas y de
desarrollo del país, no la alcanzaron por ser del Opus Dei, sino porque
eran las líneas que, según su entender, eran las que se requería para pasar de una economía
autárquica, a otra de liberalización del mercado. Por tanto, no
estaban en el gobierno para hacer la política de un grupo. De hecho,
otras personas del Opus Dei, como Rafael Calvo Serer
o Antonio Fontán desarrollaron su actividad
política en otras direcciones.           


           


José Carlos Martín de la Hoz


 


Fernando GARCÍA DE CORTÁZAR, El franquismo, ed. Anaya, Madrid 2009, 102 pp.