Fundamentos de la fidelidad

 

 

La fidelidad del cristiano en la sociedad actual ante el avance de la increencia y del relativismo moral, es el tema del trabajo de Manuel Santos que ahora presentamos. La cuestión está planteada sobre dos ejes fundamentales; el primero es la constatación de que: "los hombres, de cualquier tiempo y condición, buscamos respuesta a los grandes interrogantes humanos sobre el sentido de nuestra vida". Y, en segundo lugar,  "el por qué seguimos a Jesús y no le abandonamos" (5).

En seguida, el autor, centrará la respuesta con la tesis fundamental que desarrollará a lo largo del libro: "A partir del encuentro con Jesús, el cristiano vive la vida como él la vivió, y adopta sus mismas actitudes ante todas las realidades con las que nos topamos, hallando en él el sentido y la felicidad que todos anhelamos" (6).

El encuentro personal con Jesucristo será, por tanto,  el fundamento de la fidelidad del cristiano, lo que desarrollará el autor con gran energía: "Un buen cristiano no es, en primer lugar, el que cumple la doctrina de Jesús. Más bien, es el que vive en amistad actual con la persona de Jesús. Lo decisivo en un cristiano es el encuentro con Jesús" (30).

La caracterización de ese encuentro con Jesucristo, será definido a lo largo del libro con las siguientes características: nuclear, impactante, introduce a Jesús en la propia vida y es un encuentro comprometedor que crea un vínculo perenne. La iniciativa la toma él (33), a lo que añade después: "La vocación equivale a escuchar la voz y llamada de Jesús a seguirle, a vivir su misma utopía. Es a lo que nos sentimos llamados y atraídos: Ven y sígueme" (148).

Precisamente por las características de la vida cristiana, el trato con Jesucristo se convierte en algo que afecta a la totalidad de la vida: "El creyente se convierte a una presencia personal que irrumpe, repentinamente o poco a poco, en su vida. Una persona, una presencia personal que reclama su libertad personal, que la llama con un poder de persuasión irresistible, que le invita a la adhesión personal en la confianza absoluta" (240).

El autor no deja, por otra parte, de señalar a lo largo del libro, las dificultades y exigencias de ese encuentro "Nadie, en su sano juicio, elige buscando sufrir. Pero al elegir, necesariamente debemos conjugar el verbo renunciar" (65).

Precisamente para solventar las contradicciones, Manuel Santos, no dejará de subrayar la necesidad de meditar, en primer lugar, sobre la paternidad e Dios con sus hijos los hombres: "Estoy seguro que cuando me muera y me encuentre cara a cara con Jesús me preguntará: ¿Llegaste a creer realmente que mi Padre te amaba? No me importa el tiempo que te llevó, sino si finalmente captaste este mensaje. Para mostrar este mensaje estuve yo entre los hombres" (89). Y, en segundo lugar, en la consecuencia del amor a Dios que se manifiesta en el amor a los demás: "Quien ama tiene una mirada distinta del que no ama. El cristiano porque ama, porque ama con el amor que le inunda y presta Jesús, sabe ver las necesidades de los demás, sabe ver lo invisible, lo que no se ve, pero que está ahí, es real" (225).

 

José Carlos Martín de la Hoz

Manuel Santos, ¿También vosotros queréis marcharos? Razones por las que permanecemos con Jesús, ed. San Pablo, Madrid 2015, 294 pp.