Gustar y emocionar

 

Llevo muchos años, exactamente desde el año 1996 y en Valencia, siguiendo la trayectoria intelectual del ensayista y pensador francés Gilles Lipovetsky y desgraciadamente observo que sigue empeñado en un enfoque de la realidad excesivamente mecanicista y economicista que le lleva a tergiversar lo que ve, aprecia y capta, para terminar por quedarse pegado al pensamiento débil, morfológico de una supuesta gente de la calle.

Evidentemente, son muchos los que le siguen, le leen y los que se fían de su criterio, de sus análisis de una sociedad en tránsito como la nuestra, que se sitúa entre dos grandes cambios de civilización, el tránsito de la sociedad del bienestar a una nueva civilización de las grandes metrópolis, de objetivos globales y gustos comunes, de rupturas y de amadas tradiciones.

En ese trabajo que hora reseñamos sobre la historia de la seducción a lo largo del desarrollo de la humanidad que hay que leer a saltos para no caer en la vulgaridad y en la banalización del sexo y del amor barato, pues a veces las excesivas descripciones hieren la sensibilidad, pues el autor tenía que rellenar páginas para llevar al lector y enfrentarlo con el futuro, con su futuro.

Evidentemente, al llegar al final y leer el análisis de nuestro tiempo, se concluye que había hecho trampa pues ni la realidad actual es la que describe nuestro autor en Francia, ni en términos generales en el mundo, ni el análisis del futuro resultan creíbles o medianamente creíbles, ni para él, ni para nadie.

Vayan ustedes al capítulo XI: "Mañana, ¿Cómo será la sociedad de seducción?". La respuesta de nuestro autor parte de cinco peligros que establece como axiomas que ya son irreversibles.

La realidad es que las cosas no son ni 100% así, ni globalmente así: los cinco retos que señala dogmáticamente son en realidad peligros latentes: los peligros ecológicos, la nueva crisis económica, la violencia terrorista, las técnicas de vigilancia de Instagram, twitter, etc., y, finalmente, el devenir del pensamiento racional (426).

Precisamente, la crisis actual de la pandemia ha demostrado que todavía no hay un pensamiento único, ni un mando único, ni siquiera un miedo único. Desde luego, la juventud actual demuestra en amplias capas capacidad de liderazgo, deseos de construir una sociedad más solidaria, sigue creyendo en la amistad, en el amor, en la familia, hay muchos jóvenes con fe en Dios y en el hombre, dispuestos a tomar el relevo.

Evidentemente, Lipovetsky, sabe todo esto, por eso también escribe: "no hay que abolir el capitalismo de seducción, hay que enriquecerlo por vías distintas a la de la inmediatez consumible: no hay que cambiar la sociedad de gozo, sino esa excrecencia suya que desvía a las personas del sentido del esfuerzo, del pensamiento, de la creación y de las actividades que exigen un compromiso y dan sentido" (438)

José Carlos Martín de la Hoz

Gilles Lipovetsky, Gustar y emocionar. Ensayo sobre la sociedad de seducción, Anagrama, Barcelona 2020, 473 pp.