Hablar de Dios y del sufrimiento

 

Tengo que reconocer que cuando encontré en la librería Ars de Madrid, este trabajo que ahora voy a reseñar, publicado por Gustavo Gutiérrez (Lima 1928), el famoso dominico peruano especialista en la teología de la liberación, me hizo especial ilusión leer su obra para conocer de primera mano el estado del pensamiento actual de este famoso intelectual y pastor de almas latino americano.

Efectivamente, hacía muchos años que no leía nada de Gustavo Gutiérrez, es más desde que se había incorporado a la Orden de Predicadores (2001), no había tenido la oportunidad de dedicar un tiempo a leer nada suyo ni había sabido nada de él, seguramente debido a haber orientado mi investigación histórica a otras cuestiones distintas de la teología contemporánea en América Latina.

Verdaderamente, el comentario que hace nuestro autor sobre el famoso libro de Job dentro del Antiguo Testamento, que de eso versa el trabajo que ahora presentamos, no defrauda, puesto que sigue siendo, sin lugar a dudas, “Gustavo Gutiérrez en su pura esencia”, eso si con unos años más encima, pues el tiempo no pasa en balde ni para él ni para ninguno: con un corazón de poeta tan hiper desarrollado que supera ampliamente las frías disquisiciones teológicas tan propias de su nuevo maestro, santo Tomás de Aquino, puesto que como dominico incorporado a la Orden de Predicadores con una cierta edad seguramente lo habrá leído con mayor ahínco que Bartolomé de las Casas que le pasó algo parecido.

Gustavo Gutiérrez no deja de ser él mismo pues en su obra muestra su extraordinario amor a Dios y a Jesucristo junto con un amor a los pobres del mundo entero y, especialmente a los humildes indígenas, pobres de las barriadas periféricas y campesinos latinoamericanos: “el poeta tiene clara conciencia de la complejidad del asunto” (167), Inmediatamente, resalta en su trabajo otra característica constante a lo largo de sus páginas: la profunda convicción de la inocencia de Dios y de la inocencia del pobre, del alma sencilla, pues el mal nunca tuvo su origen en Dios, sino siempre en el pecado y, sobre todo, en el de orgullo: “aproximarse a un Dios que ama con predilección al pobre” (169).

En cualquier caso, no podemos pedirle a Gustavo Gutiérrez profundas disquisiciones, sino, lo que es esta, una obra redactada al filo de la oración, del sufrimiento del poeta, del teólogo y de la sensibilidad del sacerdote, mucha más que de un tratado sistemático con grandes conclusiones, pues trata, como Bartolomé de las Casas, de golpear las conciencias en busca de la conversión al amor de Dios y a la opción preferencial por los pobres tal y como la expresa el papa Francisco (169).

Desde luego, si queremos conocer a fondo la teología de la obra de Job, mi sugerencia es releer con calma el insuperable comentario que hizo en el siglo XVI Fray Luis de León que todavía hoy sigue siendo de lectura imprescindible y del que se han realizado numerosas ediciones hasta la actualidad.

José Carlos Martín de la Hoz

Gustavo Gutiérrez, Hablar de Dios desde el sufrimiento del inocente, ediciones Sígueme, Salamanca 2021, 190 pp.