Historia de la ética teológica católica

 

El profesor estadounidense James F. Keenan SJ, del Boston College, realiza en este intenso trabajo una síntesis de la ética católica a lo largo de la historia subrayando constantemente dos principios. El primero, que tratará de la ética católica y no de la teología moral, por tanto, no desea someterse, como es lógico, al dictamen del magisterio de la Iglesia, encargado de enseñar, a través del “munus docendi” de los obispos, lo que el pueblo cristiano debe vivir en conciencia, acerca de la aplicación de la revelación entregada por Jesucristo al Magisterio. En ese sentido, nos dirá repetidamente que le interesan más los problemas éticos que las citas de la Sagrada Escritura o de la Tradición de los Padres de la Iglesia y del propio magisterio (102).

En segundo lugar, subrayará que va a actuar en todo momento como la enfermera que está cerca del paciente, a su cargo: cuidará de él y buscará comportarse como la defensora del paciente y, no tanto, como “longa manus” del médico. Es decir, que en caso de duda acerca del magisterio de la Iglesia, por ejemplo, la “Humanae vitae”, citada miles de veces en este trabajo, estará más por recordar la importancia de decidir en conciencia, que en ayudar a entender los argumentos del Magisterio de la Iglesia cuando propone no aceptar los anticonceptivos como metido de regulación de la fertilidad matrimonial (272-273).

Una vez liberado de realizar juicios morales, sino éticos, podrá recorrer la historia y hacernos descubrir juicios morales de otros tiempos, por ejemplo, sobre la cultura y usos culturales acerca de la vestimenta, de problemas de cuestiones sexuales, de condenas del uso del matrimonio por placer por parte de algunos padres de la Iglesia, etc., es decir, expondrá que la ética moral en cada etapa de la historia debe ser estudiada y aplicada en conciencia: “donde estaba la humanidad” (310).

El desarrollo extremo, prologado y muy pormenorizado acerca de la aplicación de los principios de la teología de la liberación en los cinco continentes y especialmente en Estados Unidos, proporcionará una amplia base de autores, bibliografía, línea argumental, que indudablemente deja en segundo plano las dos intervenciones del “Dicasterio de doctrina de la fe” y en cambio revaloriza autores que no acataron las indicaciones referidas, algunos de los cuales terminarían perdiendo la “venia docendi” para dar clase y escribir en revistas teológicas católicas. En realidad, estos avatarares, son considerados por nuestro autor como problemas de crecimiento en la profundización de la ética católica (333).

Antes de terminar esta reseña deseamos volver a unas palabras del prólogo del trabajo: “una teología viva y arraigada en una Tradición” (XIX). Efectivamente, a lo largo de este trabajo debería citarse la Tradición de la Iglesia a la vez que la Sagrada Escritura, pues ambas son las fuentes de la revelación que ha sido entregada al magisterio de la Iglesia para ser aplicada a la santidad de vida de los fueles cristianos para que ellos puedan, con la ayuda de la gracia, vivir “en amistad con Cristo”.

José Carlos Martín de la Hoz

James F. Keenan, SJ, Historia de la ética teológica católica, ediciones Sal terrae, Santander 2025, 421 pp.