Historia económica de los Países Bajos

 

La magnífica exposición de los profesores de la Universidad de Utrecht, Maarten Prak y Jan Luiten acerca de la historia económica de los Países Bajos refleja muy bien la historia económica de Europa y de esa área geográfica del norte de Europa.

Efectivamente, el centro económico de la zona comenzó por centrarse en Amberes y, después de ponerse en marcha las comunicaciones fluviales, paso a Ámsterdam en el siglo XVI y desde allí se mundializó la zona tanto en América como en Asia por el comercio internacional que se desarrolló tanto de las especies y cerámica en Oriente como del mercado de esclavos hacia América. Finalmente, el puerto de Londres centralizó el comercio internacional y desde entonces Londres sigue siendo uno de los centros neurálgicos de la economía mundial

Antes de desarrollar algunas otras interesantes conclusiones expuestas por nuestros autores, es necesario anotar los avances que reflejan en este trabajo acerca de la metodología aplicada para estudiar el desarrollo económico de los Países Bajos en la historia. Nuestros autores han querido develarnos sus métodos. En primer lugar, la documentación eclesiástica, tanto católica como protestante que se conserva. Por ejemplo, el número de iglesias construidas es una muestra del bienestar del pueblo. Los libros de bautismos, las actas matrimoniales y los cónyuges que firmaron de su propia mano nos hablan de índices de analfabetos. El tamaño de los cadáveres conservados síntoma de mejora en las condiciones de alimentación (85).

Con los datos obtenidos en el apartado anterior se pueden compulsar con datos de los archivos privados: división de las herencias y de la tierra. Peticiones para secar marismas y ganar terreno a mar.

Al final nuestros autores van haciendo aproximaciones al PIB y mostrando como el crecimiento de la economía de los Países Bajos fue un crecimiento sostenible y no fruto del azar o de un golpe de suerte.

Asimismo, es interesante la conclusión que reina en Europa durante todo el siglo XVI gracias a la paz que se alcanza en los caminos de Europa que terminaron por globalizar la economía, pues el emperador Carlos V, Felipe II y Felipe III con el oro de América pagaron a los mercenarios suficientes para liberar el tráfico marítimo, fluvial y por carretera y alcanzar la “confianza de los mercados” (109).

Finalmente, señalarán como uno de los factores determinantes del constante crecimiento económico hasta nuestros días, el mantenimiento bajo de los tipos de interés que sucede a partir del siglo XVI, gracias al cual se pasa del 20% anual al 3 o 5% anual. Lástima que no hagan referencia a que esto fue un logro de la Escuela Ibérica del XVI.

José Carlos Martín de la Hoz

Maarten Prak y Jan Luiten Van Zanden, Pioneros del capitalismo. Los Países Bajos (1000-1800, ediciones Pasado y Presente, Barcelona 2023, 410 pp.