Hume y la política

 

David Hume (1711-1776) ha pasado a la historia como el puente de unión y, a la vez, de contraste entre la Francia ilustrada y la monarquía parlamentaria inglesa en las vísperas de la Revolución francesa; de la vida de los “Salottos y salottinos” de París y de los debates rigurosos en el empirismo inglés.

Un pensador ilustrado inglés conocido por su materialismo y por su frío empirismo, a la vez que conservador en lo social y, verdaderamente, poco conocido como pensador político y organizador social, que como descubridor de una epistemología de nuevo cuño.

Es interesante que en la introducción de la edición de los ensayos políticos de David Hume, que ahora presentamos, el profesor Josep M. Colomer se apresura a afirmar el escaso interés que se le ha asignado en la historiografía al pensamiento político y económico del ilustrado inglés, puesto que se le ha calificado a estos discursos como obras menores, bien alejadas del indudable interés epistemológico de este autor.

Precisamente, por ser inglés y por haber viajado a Francia en plena ilustración y haber participado en la Enciclopedia de Diderot del que era gran amigo, así como haber compartido tantas horas con el desequilibrado y genial Rousseau, le convierten en un testigo del momento histórico, hable de lo que hable.

De hecho, las consecuencias de la revolución inglesa de 1688 que consolidaron la monarquía parlamentaria en Inglaterra, le convierten en un pensador clave tanto para los antecedentes de la revolución francesa, como para profundizar en el pensamiento ilustrado en general e inglesa en particular y la educación cívica que propugnaba, repleta de escepticismo.

Es lógico que las influencias tanto de Thomas Hobbes (1588-1679), sobre todo a través de su obra Leviatán (1651), como John Locke (1632- 1704), en su segundo Tratado sobre el gobierno civil (1689), fueran capitales en el pensamiento de David Hume y, contra todo pronóstico hicieron de él un hombre muy conservador en lo político y social.

Además, el mismo hecho de que ambos, Hobbes y Locke, estuvieran en bandos distintos y, por tanto, enfrentados; el primero favorable a la monarquía y el segundo al Parlamento, hace que ambos escribieran sobre el Estado y su origen de modo distinto y con consecuencias dispares.

Ahora bien, cómo se reciben esas doctrinas en Hume, aparentemente pocos años después, son en realidad el verdadero interés de la reedición de los ensayos políticos del empirista inglés, pues pueden proporcionar datos sobre el estado de la cuestión y, sobre todo, pistas para explicar el conservadurismo de Hume, a pesar de su materialismo ateo, frente a la rotundidad agnóstica de Hobbes y Locke.

José Carlos Martin de la Hoz

David Hume, Ensayos políticos, edición de Josep. M. Colomer, ediciones Tecnos, Barcelona 2010, 154 pp.