Imposible. La verdad escondida

 

El libro del autor italiano Erri de Luca, de título “Imposible” se resume en los interrogatorios que un juez hace a un preso en la cárcel acusado de haber asesinado a un antiguo amigo en el monte. Lo que el juez supone es que el preso siguió a su antiguo amigo por un lugar muy encrespado en la montaña, en unas rocas muy verticales con un paso estrecho que se asoma al abismo. Un lugar habitual de los montañeros expertos, pero arriesgado en todo caso.

El encarcelado asegura, contra todas las expectativas, que él no tuvo nada que ver con ese accidente, aunque casualmente pasaba por aquel lugar prácticamente en las mismas horas. El libro traslada los interrogatorios, en diversos días, y lo mezcla con las cartas que el protagonista escribe a su amante. Escribe, pero no termina de enviarlas hasta quizá el final.

Lo que el protagonista de la historia escribe a esa mujer tiene poco que ver con lo que le dice al juez en los diversos interrogatorios, pero en ninguno de los casos admite su culpabilidad. “Imposible”, título del libro, se supone, a leerlo, que se refiere la dificultad de saber la verdad. Una verdad que se esconde en los razonamientos y declaraciones del protagonista, sin que ni el lector, ni el juez, ni la amiga -se supone-, lleguen a conclusiones definitivas. Obviamente no diré como termina.

Es un libro muy atrayente. Por la calidad de los relatos, de gran nivel incluso en la traducción, y por la sensación que transmite de que la verdad, propiamente, no existe. Las declaraciones del supuesto prisionero culpable no dan pie, en ningún momento, a pensar que él sea el culpable de la muerte de aquel amigo, y dejan una sensación de que nadie sabe nada.

La verdad desaparece. Al menos no aparece nítidamente en ningún momento, lo que lleva a que el juez tenga que volver una y otra vez al interrogatorio, para intentar aclararse. Lo que el prisionero le cuenta a su amante es igualmente tan indiferente que el lector no saca conclusiones. Y estos fenómenos ocurren, con demasiada frecuencia, en la vida misma. La verdad no está demasiado considerada. No es algo que interese demasiado.

En realidad estamos ante el indiferentismo ambiental. ¿Hay mucha gente interesada por conocer la verdad? Sí hay curiosidad y, por lo tanto, un cierto empeño en saber qué le ocurrió a la vecina que estaba llorando el otro día por la escalera de la casa. Hay una cierta curiosidad superficial por saber de todo lo que ocurre cerca, pero no un deseo de entrar en los temas. Si la vecina está llorando, quizá necesite mi ayuda para algo… Eso es demasiado; yo solo tengo curiosidad.

Un empeño en profundizar en las cuestiones cercanas no debería quedarse en la superficie. ¿Somos personas libres, con capacidad de compromiso, con deseos de ayudar al necesitado o somos simples curiosos superficiales incapaces de echar una mano?

Podemos pasarnos un buen rato con un amigo o un conocido, hablando de temas varios, pero con gran cuidado de no llegar a la verdad. Porque la verdad compromete.

Ángel Cabrero Ugarte

Erri de Luca, Imposible, Seix Barral 2020