La condición vulnerable

 

El profesor de filosofía de la universidad de Barcelona, Joan-Carles Mèlich, nos presenta en esta ocasión una síntesis de su pensamiento sobre la caducidad de la vida y los límites del pensamiento, como suele realizar, procurando ser lo más más meticuloso posible para describir su “filosofía literaria” (75) y “ausente de esencias” (77).

Para mostrar sus tesis comenzará por arremeter duramente contra la metafísica kantiana (15). Es interesante descubrir que el razonamiento de nuestro autor termine no sólo por oponerse firmemente a esa metafísica sino por declararla peligrosa para la vida: “Es una filosofía totalitaria. La crítica a la metafísica no es solo una crítica teórica o, mejor dicho, no es básicamente una crítica teórica, sino existencial. La metafísica es peligrosa para la vida” (17).

Inmediatamente, subrayará que la metafísica que ataca tan duramente es la metafísica Kantiana del deber ser, la del frio mecanicismo triturador (18). Enseguida, terminará en el encuentro de la debilidad del hombre con otro hombre en una relación que comienza por la vista y lleva a la misericordia (20).

Para poder superar la metafísica kantiana acude primero a Schopenhauer (23) y después a Descartes para poder afirmar una “moral provisional” (29) hasta que alcancemos un estado de racionalismo vital que resuelva los conflictos. En síntesis: “Un ser vulnerable necesita una moral para vivir, pero no una moral metafísica que niegue su vulnerabilidad, sino una moral en la provisionalidad y que nunca deje de serlo” (30). Pronto nos dirá que a esa moral la denomina “decencia” y la define como la moral que se preocupa por el deseo de no herir al otro (31.

Siguiendo a Descartes describirá los contenidos de esa decencia que permitirá vivir moralmente al ser vulnerable: nos animará a ser juiciosos (32), a apoyarnos en personas de nuestra confianza (34) y a establecer con el prójimo formas de clasificación (36).

Es interesante que, al igual que el romanticismo alemán se opuso frontalmente a Kant, también lo hizo Hegel aunque en este caso su filosofía del espíritu al negar la libertad personal también negará la vulnerabilidad (45).

Inmediatamente volverá a arremeter contra la metafísica kantiana, pero deja a salvo la metafísica tomista puesto que la prueba que aporta sí que es compatible: “porque el cuerpo humano es vulnerable, la tragedia es constitutiva de la vida” (53).

Paginas adelante, termina llegando al concepto de amistad donde encuentra verdaderamente el sosiego y la seguridad ante la vulnerabilidad del hombre limitado y herido: la relación de intimidad de la amistad (69) y el consiguiente abrazo (73).

Lástima que no de el paso de proponer la intimidad con Dios para salir de su crisis existencial y experimentar una auténtica caricia, la de la divina providencia (101).

José Carlos Martín de la Hoz

Joan-Carles Mèlich, La condición vulnerable, Fragmenta editorial, Barcelona 2023, 108 pp.