La destitución de Alcalá-Zamora



Los
llamados diarios robados del Presidente de la República, han sido editados por
Jorge Fernández Coppel, de la
Real Academia de la Historia, prologados por el eminente historiador Juan
Pablo Fusi y epilogados por José Alcalá-Zamora.


Para
presentar la importancia de esta obra basta con recoger el resumen que hace de
ella el catedrático de Historia Contemporánea, el prof.
Juan Pablo Fusi en el Prólogo a esta edición: "Este es un texto imprescindible, y en muchos
sentidos dramático: son las anotaciones políticas y personales que a diario,
entre enero y abril de 1936, fue haciendo el jefe del Estado español, el
presidente de la
Segunda República, D. Niceto Alcalá-Zamora (1877-1949), al
hilo de la gravísima crisis que el país vivía en ese momento –una de las
crisis, como es sabido, más graves y trágicas de la historia española-, que
conllevó, entre otros episodios, la destitución el 7 de abril de 1936 del
propio Alcalá-Zamora de la Presidencia de la República, a su vez uno de los
acontecimientos más estupefacientes y controvertidos, y sin duda más negativos,
de la historia del régimen republicano
" (p.9).


Alcalá-Zamora
creía en la Segunda
República, estimaba el sistema de representación democrático
que encarnaba como el más aceptable y aspiraba a mejorar la Comnstitución
de 1931 hasta lograr un sistema de convivencia real entre los españoles, con un
Estado de derecho fuerte, un régimen autonómico y un mayor respecto a las
creencias de la mayoria de los españoles. Deseaba,
como muchos otros, un modelo educativo que sacara a España del analfabetismo y
acerca España a Europa. Además,
tenía sentido de Estado, como manifestó en su manera de representar a la
República y en su modo de proceder ante leyes que no eran acordes con su pensamiento.
Mostró tesón en llevar al Estado por la senda de la moderación y el orden.


Las
desconfianzas mutuas entre Alcalá-Zamora y Azaña, entre Alcalá-Zamora y Lerroux y entre Alcalá-Zamora y Gíl
Robles, reflejadas en este diario son claras y significativas de un talante escepcional para explicar cómo pudo convivir con ellos.


Los
hechos que se anotan en estos diarios: el conjunto de huelgas, desórdenes y
enfrentamientos callejeros, deterioro de la economía etc., fueron la ocasión
para la destitución de Alcalá-Zamora y están bien resumidos por Fusi en el Prólogo de esta obra: "Para la izquierda, que no
podía ignorar la debilidad del gobierno Azaña ante la situación, las
expectativas se centraron en una operación política –sin duda acordada o
considerada desde que se fue a la formación del Frente Popular- que llevara a
Azaña a la Presidencia de la República y a Prieto, el dirigente socialista a la
jefatura del Gobierno, operación que exigía la destitución de Alcalá-Zamora"
(p.30).


Efectivamente
el 3 de abril de 1936, exáctamente el mismo día en
que quedó constituido el nuevo Congreso
de los Diputados, fruto de las elecciones ganadas por el Frente Popular en
febrero, el diputado Prieto plantó la destitución de Alcalá-Zamora como
Presidente en virtud del artículo 81 de la Constitución. De
ese modo, el 7 de abril de 1936, por 238 votos a favor, contra 5 en contra de
un total de 419 diputados, fue destituido Alcalá-Zamora.


La discutible interpretación que se había hecho de la
Constitución y los siguientes acontecimientos; relegación de Azaña a un segundo
plano político y las luchas intestinas dentro del Frente Popular, socavaron el
débil prestigio del régimen.


 


José Carlos Martín de la Hoz


 


Niceto ALCALÁ-ZAMORA, Asalto a la
República
(Enero-abril de 1936), ed. Esfera de los Libros, Madrid 2011, 465
pp.