La economía del egoismo

El famoso pensador Schirrmacher, codirector del diario Frankfurter Allgemeine Zeitung, uno de los medios de  comunicación más importantes de Europa, ha redactado un estudio que va más allá de la actual crisis económica. La Tesis del libro podría resumirse en que los grandes físicos al servicio de la guerra fría, trasladaron sus intereses e investigaciones a Wall street y pusieron en juego sus conocimientos para construir un modelo económico nuevo (p.69 y 73).

Al ser imposible reducir el comportamiento económico humano a algoritmos para predecir las actuaciones de los agentes económicos, redujeron la actividad económica a una descarada satisfacción del egoísmo y a la búsqueda en cada ocasión del propio interés. De ese modo se podía simplificar la actuación económica y hacerla predecible. “El juego de las superpotencias había terminado, ahora podía comenzar el juego con la propia sociedad (p.13). y añade después: “ser razonable, actuar racionalmente, significa que cada uno no piensa más que en sí mismo, para la inteligencia estratégica, esto quiere decir que si todos actúan de esta manera, hay que suponer que cada uno le oculta algo al otro para ganar el juego de la vida” (p.21).

El nuevo juego económico establecido se habría complementado con internet y los nuevos sistemas de comunicación: facebook, twitter, etc. La Información ya no sería poder, ni la “predecesora del conocimiento, sino el instrumento del vendedor” (p.234). Es más: “Cuanto más se debiliten las instituciones sociales que determinan el valor de la educación desinteresada y cuanto más deleguen en el mercado de la red, tanto más se reduce el espacio de refugio individual. Falta entonces la confianza en el propio conocimiento de cómo funciona el mundo” (p.257).

La tesis más audaz del libro sería la de achacar la crisis económica actual y otras que se irán desencadenando en el futuro, al modelo matemático que se puso en marcha, pues éste ya anda por su cuenta, a su aire y “disfruta jugando juegos mortíferos. siempre se puede contar con él, pero es difícil convivir con él” (p.53), pues los dos principios básicos del nuevo hombre económico serian el egoísmo y la desconfianza (p.54). La conclusión la resume el autor con claridad: “El mundo ligeramente paranoide de la mutua sospecha, el engaño recíproco y la desconfianza generalizada, en todo caso, no ha menguado en los últimos anos, sino que se ha convertido casi en una especie de hormona del crecimiento de la nueva economía de la información y de todas sus herramientas de vigilancia, seguimiento y análisis” (p.64). Los gobiernos ya solo gobiernan parcialmente, solo juegan a gobernar (p.150). Es más, para el autor la frase de Angela Merkel de una “democracia acorde con el mercado” indica quien manda realmente (p.155). Además, añade, que en el consumo se aplica la formula de la muerte programada, de modo que se sustituye el concepto de una compra para toda la vida por el de satisfacción instantánea y la consecuente generación de la dependencia (p.224).

La lectura de este libro resultara apasionante para quien este interesado en saber el poder de la economía y del cambio que están produciendo las redes sociales. También dará que pensar en el mandamiento nuevo de la caridad que después de XX siglos, sigue siendo quien construye la sociedad de la confianza y del amor: sólo así somos libres para cambiar el sistema.

 

José Carlos Martín de la Hoz

Frank Schirrmacher, Ego. Las trampas del juego capitalista, ed. Ariel, Barcelona 2014, 318 pp.