A la escucha de Dios

 

Es interesante constatar que en un proceso de canonización la maduración de la Causa se comprueba porque cada vez se reciben más favores y gracias de personas de fuera de la institución, pues la devoción primero se extiende por los que la conocieron y luego, con toda naturalidad, va llegando a todo el pueblo de Dios.

En ese sentido, en la Comisión histórica, junto a los demás documentos del proceso debe recopilar y seleccionar favores y gracias acaecido por intercesión de la Sierva de Dios antes de la muerte, en la muerte y después de la muerte. Los primeros, indican que ya en vida muchas personas confiaban en la oración de la Sierva de Dios como alguien que estaba claramente muy cerca de Dios: pertenecía a la confianza del Señor.

Los testimonios recogidos en los días de la muerte del Siervo de Dios tienen el sabor de la eclosión de la fama de santidad y de favores que se extiende, primero en quienes tenían conciencia de haber pedido una amiga en la tierra, paro haber ganado una intercesora en el cielo. Finalmente, la santidad de vida se convierte en fama de santidad y se va contagiando a personas de la institución y de otras instituciones, pues la santidad es vida y se contagia con la vida una parte significativa del pueblo de Dios o la totalidad del pueblo de Dios se constituye en el motor del proceso y en la práctica habitual del pueblo cristiano.

La semblanza que se redacta en la Comisión histórica, después de una larga y prolija investigación, constituye lo que llaman las líneas de fuerza de un proceso de beatificación y canonización y, por tanto, lo que permite sintetizar la vida, virtudes y fama de santidad de un Siervo de Dios.

En el Caso de Carmen Hernández, cofundadora del camino Neocatecumenal, lo que realmente impresiona de la abundante documentación de su epistolario y de sus miles de escritos inéditos, guiones de clases y charlas y diarios es que verdaderamente fue siempre una mujer cabal a la escucha de la Palabra de Dios.

Por una parte, en su vida personal, no deja de ser llamativo cómo confía en Dios para permanecer en el noviciado de una institución religiosa para aprender a amar a Jesucristo con rigor, pasión y madurez y cómo recibe una formación teológica y espiritual en la Facultad de Teología de Valencia y en la propia institución para después, abandonar aquella tarea por no tener vocación. indudablemente Dios le llamaba a dinamizar la santidad de millones de personas del mundo entero y, por tanto, su sitio no era aquel convento. La visita a Jerusalén y a Vallecas le centrarán en la vocación.

Continuar a la escucha de Dios, como recuerda el papa Francisco, se llama don de discernimiento de espíritus que ella vivirá toda su vida sabiendo descubrir entre miles de personas aquella con la que hay que detenerse para dedicarle tiempo o esas palabras que despiertan el interés en una convivencia de formación.

José Carlos Martín de la Hoz

Paolo Alfieri, Están en ti todas mis fuentes. Carmen Hernández en Tierra Santa, BAC, Madrid 2023, 194 pp.