La manipulación histórica

            El

novelista y escritor Javier Reverte se aventura en su último trabajo en

el mundo de la novela histórica, tan de moda en los últimos

años. Ha probado fortuna y veremos como responde el público.

Desde el punto de vista de los cánones del género, es un intento

fallido: ni logra entrar en las coordenadas espacio temporales, ni capta el

ambiente de la época que describe, ni plasma el fondo de las almas de

los personajes que describe.

            Sin

embargo, en el largo epílogo, escrito a modo de
style='mso-bidi-font-style:normal'>memorandum
para exculparse de sus

errores, el autor afirma que ha realizado una amplia investigación. Como

es contemporáneo de los hechos y contiene algunos datos fidedignos, es

muy fácil llegar a una simple conclusión: estamos ante una novela

ideologizada. Es decir, el autor parte de unos presupuestos, de una

visión agnóstica de la vida, y los aplica a los personajes.

            La

demostración es sencilla, estamos en 1955: el personaje central, el

obispo de Madrid Leopoldo Eijo y Garay, aparece como

un hombre sin fe, sediento de poder. Los demás eclesiásticos,

desde Mons. Casimiro Morcillo, que le sucedería en la Sede de Madrid, el

Cardenal de  Toledo, o los

formadores del Seminario Metropolitano de Madrid, etc., son dibujados sistemáticamente

como hombres sin fe, con un único objetivo: mantener su cuota de poder.

            Ese

axioma influye definitivamente en la trama central del libro: la

incursión del marxismo en el seno de la Iglesia católica y los

intentos de colaboración cristianos-marxistas que eclosionó en

los años sesenta. La HOAC, el movimiento Pax,

etc., son presentados en términos políticos, sin dar cabida ni a

la utopía marxista, ni al ideal sentido por muchos de la justicia

social. Todo se presenta como falso; juegos de poder, conspiraciones mundiales;

unos se vigilan a otros. Según su axioma todo sigue siendo falso.

            Los

dos personajes a quienes se les asignan valores espirituales: Monseñor
class=SpellE>Josemaría
Escrivá de Balaguer, Fundador del

Opus Dei,  y Guillermo
class=SpellE>Rovirosa impulsor de las HOAC, están deformados hasta

mofarse de ellos. Al primero se le sitúa en Madrid encerrado en una "Residencia

de estudiantes y hablando con monjitas" y recitando puntos de Camino

(p.349). En aquella época el Fundador del Opus Dei vivía en Roma

y desde allí estaba impulsando la expansión del Opus Dei en el

mundo. Respecto al segundo, actualmente en proceso de canonización, se

le asigna un papel ridículo y no se muestra ni su fuerza espiritual, ni

su empuje apostólico.

            Respecto

al ambiente social en el que se desarrolla la trama, vuelve a convertirse en un

reflejo de su axioma: hombres y mujeres movidos por el dinero y el sexo,
style='mso-spacerun:yes'> 
gentes que no creen en nada, sin

ilusiones ni aspiraciones. Son tan reiteradas las escenas eróticas, que

parece que el autor quiere resumir en ello el motor de las vidas.

            Evidentemente

a los lectores que hemos vivido esa época, no la reconocemos por las constantes

manipulaciones que se han hecho y a los que no la vivieron, se les

engaña con parámetros falsos.

José Carlos Martín de la Hoz

 


style='mso-ansi-language:ES'>Para leer más:

 

Reverte, J. (2008)
style='mso-bidi-font-style:normal'>
href="http://www.clubdellector.com/fichalibro.php?idlibro=7187">Venga a

nosotros tu Reino, Barcelona, Areté

Andrés-Gallego, J.; Pazos,
class=SpellE>A.M
. (1999)
href="http://www.clubdellector.com/fichalibro.php?idlibro=7240">La Iglesia en

la España Contemporánea
, Madrid, Encuentro