La naturalidad de los primeros cristianos

 

Es fácil comprobar que hay un tipo de libros que han sido escritos para comenzar una línea de investigación en los que se recogen las primeras conclusiones después de un tiempo de estudio y maduración y, sobre todo, se aportan líneas de investigación que se abordarán en los siguientes años: algo así como un “status quaestionis”. En este sentido trabajan muchas veces los doctorandos.

En cambio, hay otros trabajos que, sencillamente, recogen muchos años de largos estudios, investigaciones sopesadas, notas tomadas de libros, conferencias y, en definitiva, una seria investigación. Este es el caso del magnífico trabajo que ahora deseamos presentar sobre la vida ejemplar de los primeros cristianos redactado por Gabriel Larrauri (Bilbao 1960).

El autor ha preferido exponer un ensayo de síntesis mediante la elaboración de un inteligente índice, a modo de sencillos apartados que se presentan introducidos por una breve conclusión y después se transcriben y traducen al castellano los textos de los padres apostólicos, padres apologistas, escritores eclesiásticos y padres de la Iglesia, eso sí, con un brevísimo marco.

Es interesante comentar que, al final de cada apartado, se añadirán también algunos textos sobre los primeros cristianos tomados de las obras clásicas de grandes teólogos y escritores antiguos y modernos.

Lógicamente, el material presentado es de tal nivel científico y de rigor histórico que el autor podría haber redactado un gran volumen sobre la vida cristiana corriente y normal de los primeros cristianos y cómo fueron surgiendo los modos de decir y de hacer con los que vivían con la “naturalidad de la coherencia” la vida cristiana (13). Como afirmaba san Josemaría: “no se distinguían externamente” (55).

Precisamente, los textos del Nuevo Testamento recogen con nitidez una vida sencilla llena de lo natural y de su encuentro con lo sobrenatural, por eso nos dirá nuestro autor que estos textos muestran que la doctrina cristiana y en evangelio no es un invento de la primitiva comunidad cristiana (27) sino que recogen con fidelidad la tradición de la Iglesia, según aquella expresión de Pedro y Juan: “No podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído” (Act 4,20).

Parece que el autor ha preferido que sea el propio lector el que escriba, con su propia vida y con tan buenos ejemplos, un libro tan interesante como la vida de santidad personal y tan variada como han sido las vidas y los temperamentos de los cristianos de todos los tiempos. Como decía san Juan Crisóstomo los paganos: “Creerán más en tus obras que en tus discursos” (37).

Indudablemente, había mucha gracia de Dios para que pudieran vivir continuamente agradecidos y cumplir la voluntad de Dios (62), con una ilusión de santidad que no tenía límites (66), llena de amor a Dios y al prójimo (68) y heroísmo (75).

José Carlos Martín de la Hoz

Gabriel Larrauri Aguirre, El ejemplo de los primeros cristianos, Ediciones Eunsa, Pamplona 2023, 185 pp.