La paradoja de la historia

 

El ensayista estadounidense de origen italiano, Nicola Chiaromonte (1905-1972), reúne en esta obra que ahora presentamos, el trabajo desarrollado en años anteriores y publicado en lugares dispersos, como un interesante y completo ensayo acerca de la importancia y de la intensa presencia, en el ámbito cultural, científico y artístico occidental, de la idea de progreso, explicitada a lo largo del siglo XX.

El método escogido, en su gran mayoría de los casos en conferencias públicas, en las cuales buscará en las obras de cinco de los grandes escritores del siglo pasado para estudiar la idea de progreso en ellos y, sobre todo, volverá como telón de fondo a una de sus preocupaciones y sensibilidades más constantes de toda su vida intelectual: el nacimiento del socialismo democrático, como verdadero protagonista del siglo (146).

Es interesante, que el autor desafíe las leyes de la naturaleza, construyendo un libro sobre la idea del progreso; buscando la materia necesaria, en los nombres, en la temática, en el entramado y en el desarrollo de algunas de las grandes novelas del siglo pasado.

Para el profesor Chiaromonte, precisamente, en las grandes novelas del siglo pasado como Doctor Zhivago o los hermanos Karamazov de Tolstoi, no solo son lugares adecuados para estudiar las leyes de la historia, sino que verdaderamente son lugares privilegiados. Pero dejemos que él lo explique: “El lector se preguntará por qué he abordado a través de obras de ficción el tema de la relación entre la historia y el individuo, y el de la reaparición de la idea del destino en un mundo que parece haberse entregado al ideal del progreso”. La respuesta la proporciona inmediatamente el mismo profesor, señalando que solo a través de la ficción y la dimensión de lo imaginario “podemos aprender algo real sobre la experiencia individual” (9).

Asimismo, el profesor Chiaramonte, vuelve una y otra vez a la pregunta acerca de por qué el ideal del socialismo democrático fue detenido en su imparable ascenso por la primera guerra mundial. Es más, afirma, que desde entonces se le puede dar por derrotado al no haber sido capaz de parar la contienda: “no consiguió ofrecer resistencia” (7).

Es más, afirmará en la introducción al trabajo que: “Los bolcheviques accedieron al poder precisamente rechazando al socialismo democrático” (9). Pero continuará exponiendo como terminaron por tergiversar el espíritu del progreso al perder la noción fundamental del socialismo democrático que es la vía de la paz.

Es interesante que al llegar al final del capítulo de Revolución y progreso (31) en Stendhal, no termine de descubrir que precisamente el problema del mal y del sufrimiento, requiere más oración con Dios, para atisbar la importancia de la libertad y del verdadero amor de Dios a los hombres mostrado en la Redención (32). Es más, añadirá en el capítulo siguiente que a Tolstoi “Le cegaba su idea de Absoluto” (43).

En cualquier caso, nuestro autor mantendrá su fe inquebrantable en la idea de progreso (206-210).

José Carlos Martín de la Hoz

Nicola Chiaromonte, La paradoja de la historia. Cinco lecturas sobre el progreso: de Stendhal a Pasternak, ed. Acantilado, Barcelona 2018, 219 pp.