La resistencia al nazismo

 

Casi al final de este interesante trabajo redactado por Elisabeth Sifton, ella misma nos escribe estas estremecedoras palabras sobre el juicio a la resistencia al nazismo en la Alemania de Hitler: “La opinión pública y la justicia de Alemania Occidental parecía casi ansiosa por exonerar a los responsables políticos nazis y vilipendiar o difamar a los resistentes (...). No fue hasta 2002, año en que Hans von Dohnanyi hubiese cumplido cien años, cuando el presidente del Tribunal Supremo alemán, Günter Hirsch, afirmó en una ceremonia de homenaje que la sentencia de 1956 sobre los casos Huppenkothen «debe hacernos sentir vergüenza» y había tenido consecuencias devastadoras»: «En la República Federal, apenas se ha castigado a los jueces y fiscales que participaron en los cientos de atentados contra la Justicia cometidos durante el Tercer Reich»” (169).

Con la premisa que acabamos de señalar, se entiende que las biografías del pastor protestante e intelectual Dietrich Bonhoeffer y el diplomático y jurista Hans von Dohnanyi, que son el objeto primordial de este trabajo, en realidad, se conviertan en la historia, el alcance, el desarrollo y el final de la resistencia al régimen de Hitler desde los primeros pasos del régimen, hasta los fallidos complots para derrocar a Hitler, todos ellos fallidos (128; Rosa blanca, p. 123).

De hecho, después de enmarcar sucintamente la biografía de nuestros personajes, la narración irá exponiendo cómo se hizo Hitler con el poder y cómo se desarrollaron los acontecimientos.

desde la toma del poder, especialmente del ejército y de los centros intelectuales y económicos, hasta llegar a la destrucción del orden legal, la eliminación de los judíos y cristianos, la locura de la guerra y el exterminio de los enemigos del régimen hasta unos minutos antes de la rendición de Alemania, como fue el asesinato de nuestros protagonistas..

La lectura atenta del manuscrito produce pavor, pues el desarrollo de los acontecimientos parece demoledor: muestra como Hitler y sus colaboradores fueron engañando, destruyendo a sus enemigos, con la mentira, la ilegalidad y la crueldad (por ej., el mito de la guerra preventiva, p.113). No había límites a la ambición y ejecución de un plan diseñado diabólicamente: la masacre de los judíos (de la discriminación al exterminio, p. 116), el genocidio de ancianos y enfermos mentales o discapacitados (100-102), etc.

A la vez la sagacidad y la mentira, hasta el extremo de que Pío XI fue el primer dignatario mundial que levantó su voz para explicar en alemán la ideología destructiva y antihumana y religiosa que era el nazismo (91), así como otras intervenciones, como la del arzobispo de Munich (103) y otros tantos católicos y protestantes, que en la resistencia se unieron. Es interesante cómo muchos de los generales prusianos dudaron del tiranicidio (88), pues debían fidelidad a sus juramentos y a la vez no estaban de acuerdo y abominaban de las brutalidades de Hitler en Polonia, Stalingrado, etc.

 

José Carlos Martín de la Hoz

Elisabeth Sifton, Hombres nada corrientes. Dietrich Bonhoeffer y Hans von Dohnanyi, la resistencia a Hitler desde la Iglesia y el Estado, ed. Entre Ambos, Barcelona 2015, 188 pp.