Hace unos días se ha celebrado en Roma un importante Congreso “La santità oggi” (3 al 6 de octubre), organizado por el Dicasterio de las Causas de los Santos y la Universidad Lateranense. La presidencia del mismo corrió a cargo del cardenal prefecto, Macello Semeraro, con su habitual inteligencia y simpatía.

La asistencia ha sido muy importante, hasta abarrotar la sala en todas las sesiones. Era notoria la presencia de los postuladores romanos y de los delegados episcopales de muchas diócesis de Europa.

La distribución de los ponentes estaba muy medida para equilibrar espiritualidades, órdenes religiosas y laicos y sacerdotes y las universidades romanas. Se nota el peso importante de las grandes órdenes religiosas en la vida cotidiana de la Dicasterio. Había una amplia representación de consagrados y miembros de movimientos y nuevas formas eclesiales en la sala.

El contenido de las ponencias y sesiones ha expresado la situación actual de la teología espiritual. El capítulo V de la Lumen Gentium sobre la llamada universal a la santidad y la “Gaudete et exultate” del papa Francisco han sido ampliamente citadas y mencionadas, pero después los desarrollos teológicos y canonísticos se han centrado sobre los textos clásicos con apenas referencias a los autores recientes de espiritualidad y si a los textos magisteriales de los últimos pontífices.

Se ha dado especial relevancia a la Constitución “Lumen Gentium” del Concilio Vaticano II, a la “Evangelium nuntiandi” y, particularmente, a la teología de comunión particularmente desarrollada en los escritos del cardenal Ratzinger y Benedicto XVI y a la “Evangelii gaudium” del papa Francisco.

Indudablemente, queda mucho trabajo de actualización y profundización teológica, canónica e histórica para los próximos años pues, como subrayaba el Prefecto de la Congregación, es necesario presentar en cada etapa de la historia la revelación de modo nuevo y atractivo que devuelva el frescor del atractivo a Jesucristo y a su doctrina salvadora.

El Santo Padre recibió a todos los participantes del Congreso en la Sala Clementina e hizo el esfuerzo, a pesar del visible cansancio y falta de movilidad, de saludarles personalmente. El cardenal prefecto Semararo agradeció al Santo Padre la Exhortación “Gaudete et exultate” y, retomando la idea de los santos “normales”, le habló de la amplia variedad de perfiles humanos de los santos que se están estudiando.

El santo Padre subrayó en su discurso dos ideas: una para el Congreso, es decir, la necesidad de promover una estable devoción privada y fama de santidad y evitar caer en una efímera fama “digital”.  

A la vez, dirigiéndose a la Iglesia universal habló de la santidad alegre y citó el “conocido texto”: “Un santo triste es un triste santo” y habló de la importancia del buen humor y del optimismo cristiano, puso como ejemplo al beato Juan Pablo I, Carlo Accutis, santo Tomás Moro y san Francisco como santos alegres.

José Carlos Martín de la Hoz