La sociedad del cansancio

 

Desde hace unos años se ha ido abriendo camino en el mundo cultural occidental la figura del filósofo y ensayista coreano Byung-Chul Han (1959), afincado en Europa, quien estudió en Múnich, se doctoró en Friburgo y actualmente ocupa una cátedra en Basilea. Indudablemente llama la atención ver sus obras las mesas de novedades de la “La central” de Callao, del stand de ensayo filosófico de la librería “Antonio Machado”, es el escaparate de “Pasajes” en la plaza de Alonso Martínez y en la sección de filosofía de la “Casa del Libro” en la Gran Vía de Madrid.

Suelen ser breves ensayos, escritos y traducidos con sencillez, desde su cátedra de Basilea, donde olfatea y busca temas de la calle y, mediante palabras accesibles, se dirige al universitario, al hombre de cultura media interesado por el análisis antropológico o cultural.

Bien es verdad que resulta llamativo que ediciones Herder haya apostado por él, aunque no sea la única editorial española al respecto. Esto quiere decir que esperan que vaya a más, desde lo ya escrito.

La aproximación, en mi caso, a este doctor en filosofía se ha producido por comparación con la inmejorable obra de Javier Gomá que me resulta más interesante, accesible, profundo y, además, abre verdaderos horizontes. En cualquier caso, las aproximaciones a la filosofía cotidiana de Gomá, aportan mucho más que los comentarios banales de este pensador. Seguramente, la diferencia con Gomá y, en general, con los grandes filósofos europeos actuales, estriba en los autores que cita nuestro catedrático de Basilea, en las lecturas de las que se nutre y en su nula aproximación a la metafísica a pesar de haber estudiado a Heidegger.

Lo más claro para analizar a este autor y su futuro podemos descubrirlo y enjuiciarlo en las páginas dedicadas a la contemplación y a la literatura contemplativa. En interesante el resumen apretado de su mundo aplicado a esta materia: “la capacidad contemplativa no se halla necesariamente ligada al ser imperecedero. Justo lo flotante, lo poco llamativo y lo volátil se revelan solo ante una atención profunda y contemplativa. Asimismo, el acceso a lo lato y lo lento queda sujeto al sosiego contemplativo. Las formas o los estados de duración se sustraen de la hiperactividad” (37).

Indudablemente, estamos ante un pensador posmoderno que se ha formado a sí mismo, que ha leído poco sobre trascendencia, trascendentales, belleza, apertura, que no piensa en Eckhart ni en los místicos castellanos; ni Osuna, ni Santa Teresa, ni San Juan de la Cruz, ni san Agustín y Santo Tomás, ni Descartes ni en el padre Malebranche.

Nuestro autor acierta a definir al “homo faber” como un “animal laborioso”, hiperactivo e hiper neurótico: “la moderna pérdida de creencias, que afecta no solo a Dios o al más allá, sino también a la realidad misma, hace que la vida humana se convierta en algo tan efímero” (43). Que bien le vendría llevarle por caminos de la belleza.

José Carlos Martín de la Hoz

Byung-Chul Han, La sociedad del cansancio, ediciones Herder, Barcelona 2019, 118 pp.