La Tradición filosófica española

 

Los textos que la editorial Tecnos lleva muchos años publicando con gran éxito suelen estar referidos a las grandes obras de los autores más influyentes en el mundo del pensamiento occidental a lo largo de la historia. Habitualmente, suelen ser breves tratados de tamaño pequeño, que se editan con una excelente introducción elaborada por un especialista que enmarca al autor y realiza un magnífico resumen de la obra original que se va a reeditar con las necesarias notas críticas que, aunque breves, suelen ser muy sustanciosas. En esta ocasión, la editorial Tecnos nos ha sorprendido con una obra de gran envergadura, por la extensión, elaborada por el profesor de historia de la filosofía del derecho de la Universidad de Barcelona, Víctor Méndez Baiges, quien intentado recoger toda la abundante tradición filosófica en España desde 1843 hasta 1973.

La cronología empieza en el año en el que desde la Dirección General de Instrucción Pública formalizan los nuevos planes de estudios en la Universidad española sobre la Facultad de Filosofía y culmina en el año 1973, pues es precisamente entonces, con la inminente llegada de la democracia y la multiplicación vertiginosa de traducciones de obras de filósofos extranjeros necesarios para ponernos al día en el concierto europeo y lógicamente interrumpieron el hilo conductor del momento.

 Efectivamente al dotar en el año 1843 a la facultad de filosofía de un curriculum y de los catedráticos pertinentes, a uno de ellos, Julián Sanz del Río se le encargaba no solo la catedra de Historia de la Filosofía sino la obligación de viajar a Alemania durante al menos dos años, lógicamente pensionado por el ministerio para poder desarrollar con solvencia la historia de la filosofía que se enseña en Alemania según las diversas escuelas.

Indudablemente, con ese gesto del ministerio de instrucción pública del gobierno liberal progresista de Espartero se daba un paso adelante para sustituir la Facultad de Artes de toda la vida, para terminar por ser el corazón intelectual de la nueva Universidad. No olvidemos que con el concordato de 1851 se expulsaba a la Facultad de Teología de la Universidad civil y se la dejaba en manos de la Iglesia, para pasar de ese modo a ser la Facultad de filosofía el centro y faro del resto de las facultades de la universidad española de la modernidad, una vez superada los esquemas del antiguo régimen.

El ensayo resulta verdaderamente decepcionante pues el autor en vez de estudiar a los autores y las obras que escribieron, y enmarcarlos debidamente, se ha dejado capturar por la tela de araña de falsedades y tergiversaciones tejido por el régimen franquista a lo largo del tiempo, para engañar al pueblo, a los pensadores y a las familias políticas y conseguir de ese modo perpetuarse. Por ejemplo; el autor mezcla completamente al Opus Dei y al CSIC con cuatros datos más hilvanados e imprecisos (191-194); asimismo achaca el fracaso de la tesis doctoral de Julián Marías al joven pedagogo Víctor García Hoz porque le tocó por sorteo ser secretario del tribunal (200-203), dedica un desmesurado espacio a hablar de los actividades y contactos de Calvo Serer y tres líneas a su pensamiento (258-289).

José Carlos Martín de la Hoz

Víctor Méndez Baiges, La Tradición de la intradición. Historias de la Filosofía española entre 1843 y 1973, editorial Tecnos, Madrid 2021, 565 pp.