Benedicto XVI escribe sobre las
enseñanzas de Jesús en el Capítulo 4º de
"Jesús de Nazaret", titulado "El Sermón de la
Montaña". En el Capítulo 7º vuelve sobre el tema comentando
sus parábolas, recordando que son el corazón de la
predicación de Jesús.


 


Explica el Papa que el contenido de las
parábolas no es exactamente escatológico, y mucho menos de una
escatología inmediata, como afirman algunos protestantes, sino
cristología. Jesús habla de sí mismo cuando habla del Reino,
insistiendo en que el Reino está ya entre vosotros, es Jesucristo mismo.


 


Por tanto el sentido de las parábolas nos
lleva a creer en Jesús, el reino de Dios en persona. Esto se manifiesta
en una paradoja que surge en la predicación. Cuando los apóstoles
se dan cuenta de que la gente no entiende, Jesús cita a Jeremías:
"para que  -como está
escrito- miren y no vean; oigan y no entiendan, a no ser que se conviertan y
Dios les perdone". En realidad esto no es más que la queja del
profeta, que siente en  algunos
momentos que ha fracasado, y en realidad, ante los ojos humanos, Jesús
también fracasa: muere en la Cruz. Pero precisamente de ahí se deriva
de eficacia. "Si el grano de trigo muere da mucho fruto".


 


En las parábolas Dios se nos va mostrando
poco a poco: son una manifestación del ocultamiento de Dios. A Dios no
le podemos conocer ahora, de pronto; debemos  descubrirlo poco a poco, y para eso hace
falta una conversión del hombre. Jesús no quiere comunicarnos
cosas abstractas: a través de nuevas realidades pretende que vayamos
entrando en la realidad divina.


 


Con la parábola del Buen Samaritano,
Jesús responde a aquel fariseo que para disculparse le pregunta:
¿pero quién es mi prójimo? Quiere abrir el corazón
de aquellos hombres que tienen un concepto pequeño de la caridad. Según
la Torah era normal atender como uno más al
extranjero que se instalaba entre ellos, pero no se tenía en cuenta de
la misma manera al que estaba de paso. El buen samaritano es un extranjero que
se cuida de un judío. Jesús quiere una nueva universalidad, un
concepto más amplio, y Benedicto XVI hace ver la actualidad de la
comparación: el mundo global en que nos movemos nos hace pensar en
todos. Jesucristo es el Buen Samaritano que muere para salvar a toda la Humanidad.


 


La parábola del Hijo Pródigo se
dirige también a los fariseos que se extrañan de que "ese
acoge a los pecadores y come con ellos". Y efectivamente Jesús nos
muestra la magnanimidad del Padre que perdona, que sale al encuentro del hijo
convertido. Y precisamente es el hijo mayor el que no entiende: aquel que
está siempre con el Padre, como les ocurría a los fariseos, que
eran los que oficialmente "estaban" con Dios, pero no tenían
los mismos sentimientos amorosos del Padre. La parábola habla del Padre,
pero indudablemente también de Cristo ya que Él muere en la Cruz
por el pecador. La compasión y la misericordia de Dios llegan al
límite en la muerte de Jesús.


 


Y la parábola del rico Epulón y el
pobre Lázaro, nos muestran el sufrimiento del justo, tan frecuente en el
Antiguo Testamento, sobre todo entre los profetas. Lázaro es el pobre
que sufre las injusticias de la sociedad y tiene peligro de perder la fe. Pero los Salmos
acuden a él para fortalecerle: "Yo con mi apelación vengo a
tu presencia, y al despertar me saciaré de tu semblante". Al
despertar, en la vida eterna, y también aquí tenemos
ocasión de despertar y ser conscientes de que lo que vale es estar con
Él.


 


El rico Epulón pide el milagro para la
conversión de sus hermanos, pero Abraham le advierte que si no hacen
caso a Moisés y a los profetas tampoco harán caso a un muerto que
resucite. De hecho cuando Jesús resucita a otro Lázaro, algunos
creyeron en Él, pero sus enemigos caen en un mayor endurecimiento.


 


"Esta generación es una
generación perversa. Pide  un
signo, pero no se le dará más signo que el signo de
Jonás". El único signo válido para los hombres es el
Hijo, es el misterio de la Cruz y la Resurrección.


 


 


Ángel Cabrero Ugarte


Asociación Club del Lector


 


 


Para leer
más:


 


Benedicto XVI (2007), Jesús de Nazaret, Madrid, La esfera de los libros.


http://www.clubdellector.com/fichalibro.php?idlibro=6341


Guitton, Jean (2005), Jesucristo. Meditaciones, Madrid, Belacqua


http://www.clubdellector.com/fichalibro.php?idlibro=3991


Guardini, R. (2005), El Señor, Madrid, Cristiandad


http://www.clubdellector.com/fichalibro.php?idlibro=3904