Las preguntas de Dios

 

Cualquier lector, aunque sea ocasional, del Evangelio de San Juan se le ha quedado grabado en la presencia la pregunta de Jesucristo a los discípulos de Juan el Bautista cuando ve que le siguen prendados de su figura: “¿Qué buscáis?” y la respuesta “¿Maestro donde vives?”.

De este modo, con el juego de las preguntas, comienza su último libro el Profesor Thomas Halik teólogo y profesor de sociología de la Universidad de Praga, “de forma gradual, ha ido madurando en mí la convicción de que Dios se nos acerca más como pregunta que como respuesta (15).

Es más, la clave de la evangelización contemporánea estriba en lograr que los jóvenes de nuestro tiempo se interesen por la religión y puedan experimentar la pregunta de Jesús: “¿Simón Hijo de Juan, me amas más que estos?”.

Evidentemente, la Sagrada Escritura, la existencia de los primeros cristianos, así como la vida de la Iglesia actual y de los santos de hoy son interrogantes que nos llevan a replantearnos el sentido de nuestra existencia y descubrir las claves de acceso al amor y con él al secreto de la felicidad en este mundo y en la eternidad.

Así nos dirá hablando de la Escritura: “No pierde el tiempo en demostrar la existencia de Dios de manera especulativa, pero en cambio contiene historias sobre seres humanos que nos permiten entrar en su experiencia con Dios “(26).

A lo que añade enseguida: “tener fe es tener valor para rezar” (19). Desde luego que la experiencia de Dios lleva a completar la ecuación de que si Dios existe es que amar tiene sentido; es más, sin amor no se puede vivir (29,33).

Desde luego, queda muy claro a lo largo de la exposición de nuestro autor que es capital descubrir a Dios compasivo y misericordioso (100), que se cruza en el camino de cada una de sus criaturas para afirmar: “Aquí estoy” (119).

Resulta de un gran interés el recorrido por los grandes autores de la escuela Renano-flamenca de espiritualidad, el maestreo Echart, Enrique Sisón y Johannes Groote, para concluir instalándose profundamente en el centro del alma y descubrir a: “todo un Dios un dentro de ti” (71, 75, 85 y 90). Ser cristiano es “creer en el amor” (189).

Terminaremos recordando, con el autor, las características de la Nueva Evangelización, que en el decir de san Juan Pablo II había de ser nueva en su ardor, en su método y en sus expresiones, por lo que, según Halik debe comenzar con los cristianos, “Una vuelta de lo exterior a lo interior, de la letra al espíritu, de lo estático a lo dinámico, del ser cristiano al llegar a ser cristiano” (196).

José Carlos Martín de la Hoz

Tomás Halík, Quiero que seas. Sobre el Dios del amor, ed. Herder Barcelona 2018, 233