Latidos del corazón

 

El capellán del Colegio Mayor Moncloa y profesor de la Universidad Villanueva de Madrid, el sacerdote y profesor titular de Filosofía del Derecho. Luis Cruz Ortiz de Landázuri, me hizo llegar hace unos días, para recabar mi opinión, unas breves reflexiones, verdaderos jalones de su alma o micro instantes de oración, que había redactado al hilo del tiempo litúrgico y de los avatares de la dichosa Pandemia, es decir en esos momentos de fuerte intensidad vital que acabamos de vivir y que no podemos olvidar.

Efectivamente, el libro refleja en sus páginas las reacciones de su alma a lo que se denominan los tiempos fuertes de la liturgia; la cuaresma, Semana Santa, Pascua de resurrección, los cuarenta días entre la Pascua y la ascensión y, por supuesto, los grandes misterios de Pentecostés, Trinidad, Corpus Christi, Sagrado Corazón, san Pedro y San Pablo, la inolvidable solemnidad de san Josemaría, etc.

A la vez tiempo, para un hombre de su formación y su sensibilidad, han sido días de intensa incertidumbre, llena de momentos clave para la reacción vigorosa de un pensador verdaderamente cristiano que tiene la oportunidad de ver cómo la confianza en Dios, en la Iglesia y en el hombre son verdaderamente las únicas agarraderas de todas las generaciones de cristianos, desde los comienzos de nuestra fe, hasta la actualidad, iluminando las diversas pandemias de la historia.

El libro, tal y como le dije al autor, no solo puede publicarse, sino que debe publicarse, aunque implique desnudar su alma y mostrar las intimidades de su amor a Dios, a los demás y, por tanto, sus dudas y vacilaciones, tan humanas como divinas al pasarlas por la oración.

Además, invitaría a todo aquel que de sienta inspirado a escribir sus recuerdos, sus impresiones, pues podemos aprender mucho de esos meses, para encontrar el camino al cielo, a ser mejores cristianos y ciudadanos.

Asimismo, recomendaría volver a releer la obra más importante de San Josemaría, Camino, pues también como este libro que ahora presentamos, denominado “latidos del corazón”, fue publicado por el Fundador del Opus Dei en 1939 al terminar la guerra civil española, para que los que habían sobrevivido a la guerra, como ahora los que hemos sobrevivido a la pandemia, tuvieran a mano unos textos breves, fruto de la oración de san Josemaría que pudieran servirles para alimentar la vida de oración de los lectores.

Comprendo que a las editoriales les de miedo publicar en la crisis económica que vivimos, pero conviene lanzarse a ahogar el mal en abundancia de letra impresa: el mal del miedo, de la desesperanza y de la inquietud con abundancia de papel impreso que hable de Dios, de su amor, de su cercanía con cada hombre, de las buenos ejemplos y heroicidades que hemos vivido.

El gran peligro, por tanto, es pasar página si haber aprendido las abundantes lecciones y pensar que la solución para el futuro es entregar nuestra libertad al Estado para que haga con nosotros lo que pueda y que saque rédito electoral de sus errores e improvisaciones.

José Carlos Martin de la Hoz