La lectura de este bien intencionado trabajo de Juan Miguel Zunzunegui (México,1975), escritor, comunicador y conferenciante de fama internacional se podría resumir en una de sus frases más redondas redactada nada más comenzar este ensayo histórico: “Qué hermosa civilización construimos, pero que terrible historia nos contamos”.

Ciertamente, son muchas las leyendas negras contra la acción de España en América, sobre todo las que se desencadenaron tras las sucesivas ediciones de las obras de Bartolomé de las Casas tanto en Inglaterra como en Francia, pero últimamente han sido los activistas de la cultura “woke” quienes, especialmente en Estados Unidos, han vuelto a poner en claro argumentos para destruir la fama del trabajo de los españoles en América.

En cualquier caso, una obra como esta en la que las leyendas negras pasan a ser leyendas casi rosas tampoco logrará detener esas injustificadas campañas, ni devolver el honor y la fama a nuestros compatriotas.

Efectivamente, este trabajo podría resultar contraproducente por el lenguaje coloquial que a veces adopta, por la ligereza de los argumentos, muchas veces basado en opiniones y sin base documental, es decir, acudiendo a lugares comunes frente a los que ha usado el adversario.

Verdaderamente, logran poner las cosas en su sitio trabajos de la categoría de Salvador de Madariaga dedicado a Hernán Cortes muy bien escrito, basado en fuentes documentales y, sobre todo, escrito con rigor y pulcriitud. Esas obras cambian las cabezas y proporcionan acertadas interpretaciones de la historia de América con sus luces y sus sombras.

Por tanto, a la simplificación histórica, la mentira y las mentes fantasiosas, hace falta responder con documentos y con libros de divulgación sólidamente asentados, con buena bibliografía: la historia se opone a la literatura barata con documentos y no con ideología (14).

Un dato muy interesante aportado por este autor es el de 1821 cuando México alcanza la independencia, cuando el 60% de los habitantes del país eran indígenas que apenas sabían leer y escribir y que no hablaban castellano (44).

Asimismo, es interesante la descripción del encuentro en 1519 entre Monctezuma y Hernán Cortes en la ciudad de México que podría ser el guión de una magnífica película, donde quedara claro que si Cortés pudo derrotar al imperio azteca fue por la alianza que supo establecer con los pueblos que los aztecas tenían sojuzgados (84) y señalará: “al día siguiente de la conquista creamos juntos un nuevo mundo” (247).

José Carlos Martín de la Hoz

Juan Miguel Zunzunegui, Al día siguiente de la conquista. La historia de lo que España construyó en América, La esfera de los libros, Madrid 2025, 247 pp.