Es de un gran interés la lectura de este breve trabajo del filósofo francés Alain Badiou (Rabat, 1937) uno de los pensadores más influyentes desde la revolución de mayo del 68 hasta nuestros días.
Ya desde el arranque de su pequeño trabajo comienza arremetiendo duramente contra el “liberalismo autoritario” al que culpa de todos los desmanes, e incluso del Covid 19, de la corrupción, de los musulmanes que lo invaden todo o como diríamos en España de la vacunación obligatoria y del imperio zombi (11).
Enseguida resaltará que se tenga la posición política que se tenga hay principios franceses irrenunciables de los que todos debemos partir para llegar a los consensos en el resto de las cosas: “La democracia y el laicismo deben defenderse en todas partes y por todos. Desde luego, hace falta un poco de igualdad, un poco menos de multimillonarios arrogantes, pero sobre la ideología democrática no hay compromiso posible” (15).
Lógicamente, como socialista francés se resistirá totalmente a las privatizaciones de las grandes corporaciones del país que, junto con las inmensas cargas sociales están provocando unos impuestos oprimentes (17).
Finalmente atacará a la izquierda insumisa que sistemáticamente se manifiesta, protesta denodadamente por todo y por todos, pero jamás hará una propuesta inteligente de nada (19).
Enseguida caracterizará lo que denomina el “desorden generalizado”, es decir el objeto del libro: desorden general, desaparición del conflicto tradicional propiedad privada o pública, dispersión de las conciencias, incertidumbre general del futuro lejano o cercano” (21).
En realidad, calmados los ánimos, Badiou, remitirá al lector a las conclusiones de su obra “Orientarse en el pensamiento, orientarse en la existencia” (Fayard 2022), en la que plantea cuatro procedimientos de verdad: la ciencia, el arte, el amor y la política (21). En cualquier caso, como hace Badiou, proponer esperar a que regrese democráticamente a Francia el Partido comunista y se instale en el poder e instaure el paraíso comunista es sencillamente tan utópico (25), como la propuesta de Zemmour de echar a ocho millones de franceses del país sencillamente por ser musulmanes (26).
Es interesante que Alain Badiou, dedique un capítulo entero de este breve ensayo a exponer sintéticamente el materialismo científico y, con todo descaro, lo presente como la única solución posible (35, 75) y, finalmente, que lo publique ediciones Herder, es sencillamente lamentable, como poner como modelo de orientación del pueblo chino el del Partido comunista (41).
José Carlos Martín de la Hoz
Alain Badiou, Observaciones sobre la desorientación del mundo, Herder, Barcelona 2024, 77 pp.