Libertad o igualdad

 

El profesor del Instituto de empresa de Madrid y del IEB, Daniel Lacalle, dedica el interesante y apasionado relato que acaba de publicar ediciones Deusto, a la disyuntiva entre libertad e igualdad.

El tono utilizado por el autor es el de los grandes y esenciales debates ideológicos de épocas anteriores. Eso sí, mientras se desarrolla en la calle la vida de la pandemia llena de miedos y de prudencias, de organizaciones médicas que no se ponen de acuerdo, de intereses ocultos y, en general, de un tratamiento bastante infantil de la población.

Este es el punto fuerte de la obra que tenemos entre manos: desenmascarar la ideología imperante de cierta izquierda intervencionista y superprotectora que requiere la entrega completa de la libertad de los ciudadanos para conceder a algunos ayudas a fondo perdido y prometer a cambio de nuestra libertad futuros prometedores, como en las utopías ya pasadas.

Efectivamente, el debate que plantea no aparece en la calle y en las conversaciones de la clase media con el acento y la vehemencia con el que el economista Lacalle lo presenta. Es más, lo que busca es despertar la conciencia adormilada por el confinamiento para hacernos caer en la cuenta de que perder libertad es someterse a la esclavitud de la nueva izquierda (15).

El debate es antiguo y ya en las primeras páginas de la obra queda claro que el único argumento que utilizaba Hobbes en su Leviatán (26) era reclamar la libertad para que el Estado que nacía del pacto entre los hombres pudiera llevarlos a una sociedad con paz pero llena de miseria, pobreza, eso sí igualitaria para todos menos para la clase dirigente del partido reinante.

Efectivamente, desde sus contemporáneos como Spinoza y Locke y los continuadores de la ilustración como Rousseau y Hume, ya mostraron que sin libertad no existe verdadera sociedad y que es imposible que funcione un estado que hace desaparecer la iniciativa libre de los hombres: una vez saboreada la libertad ya no podemos amar ni organizarnos sin ella (24).

La solución, como ya preconizaba san Joan Pablo II en la “Centessimus annus”, va en la línea de León XIII y de toda la doctrina social de la Iglesia desde los albores del cristianismo: no hay economía verdadera, real, eficaz z y fructífera que no tenga en cuenta la dignidad de la persona humana, la trascendencia del alma humana y la tasa social correspondiente.

Realmente, sin desarrollo social no hay desarrollo sostenible, nos está recordando el papa Francisco en la Encíclica “Laudate Si”, que se ha convertido en fuente para el estudio y la investigación de la economía y de la teología aplicada a la economía a nivel mundial (89).

José Carlos Martin de la Hoz

Daniel Lacalle, Libertad o Igualdad. Por qué el desarrollo del capitalismo social es la única solución a los restos del nuevo Milenio, ediciones Deusto, Barcelona 2020, 314 pp.