Luis de Alcalá y el baúl

 

La indudable revolución mercantil que tuvo lugar en Europa durante el imperio continuado de Carlos V y Felipe II propició un gran crecimiento económico y empresarial en Europa por dos grandes motivos. En primer lugar, la relativa paz en los caminos de Europa con la consiguiente globalización de los mercados y ferias.

En segundo lugar, la intensidad del comercio con América donde el Atlántico paso de ser línea una línea divisoria a convertirse en un puente de unión donde los barcos venían repletos de oro y plata y volvían con mercancías de todo tiempo y mano de obra emprenderá para trabajar.

En la obra de Luis de Alcalá sobre los préstamos en el siglo XVI publicada en Toledo en 1546, pone por escrito lo que siglos después Keynes afirmaba de los escolásticos del XVI que habían contribuido al desarrollo de la economía pues habían mantenido bajos los tipos de interés. En realidad, para esquivar la usura, solo pudieron aplicar algunos beneficios o tipos de interés bajos por la globalización y seriedad de las operaciones de cambio y transporte.

En el comienzo de la segunda parte afirmaba Luis de Alcalá que los castellanos que tenían familiares en América podían abrir sus baúles con sus ahorros y arriesgar sus dineros para hacer de intermediarios con sus parientes americanos y enviarles lo que necesitaban en espera de que llegara el oro de América para resarcir los préstamos que se hacían a bajo interés. Veamos la argumentación en castellano original: “Sobre esto de la ganancia incierta decimos que aunque no basta que alguno diga: pudiera yo ganar con mis dineros si me los diera a destiempo tanto intereses (porque si de verdad no los había de emplear sino tenerse los en el arca, el decir pudiera ganar, no basta para llevar intereses, porque aquella ganancia es fingida o posible de la cual hablan los doctores) más declarar aquí, por ganancia posible la que es incierta, porque los dineros se han de emplear en (fol. 25v) cosas dudosas que han de pasar por lugares peligrosos de mar o de ladrones (por lo cual acontece perderle no solamente la ganancia, más aun el principal) y que si por cesar la tal ganancia incierta, alguno lleva más de lo que presta, que esto sea usura, no parece del todo cierto.

Porque, aunque la ganancia de los mercaderes de Burgos cuando envían por mar a Flandes sea incierta, de la incertidumbre que aquí el tractado habla, pero puedes estimar por dinero, como se estima en el contracto que se llama de seguro según todos dicen.

Y si en verdad los dineros que Juan presta los había de emplear en ella, lícito será llevar tanto allende de lo que presta, más aún cuanto a buen juicio, otro con tal contracto lícitamente diera a Juan por tener derecho a aquella ganancia incierta”.  Así pues con ese riesgo asumible mediante el pequeño interés y con la seguridad del metal que llevaba de América y que recorría Europa de mercado en mercado, se convirtió Europa en una potencia económica mundial.

José Carlos Martín de la Hoz

Luis de Alcalá OFM, Tratado de préstamos, Toledo 1546 (en prensa), edición y notas de José Carlos Martín de la Hoz, Universidad Católica de Ávila, Ávila 2020.