Este interesante trabajo multidisciplinar publicado por ediciones Rialp y coordinado por Pedro García Casas, aporta luces muy distintas sobre un sobrecogedor problema que mantuvo a la Iglesia Católica en jaque durante diez años. La contundente reacción de Benedicto XVI y del papa Francisco contribuyó a que la gigantesca oleada de ataques contra la Iglesia se contuviera al comprobar la inaudita reacción tanto pastoral como jurídica que la Iglesias puso en marcha para acoger a las víctimas y ayudarlas en el proceso de sanación y reconstrucción.
Según ha terminado la campaña mundial de prensa y económica para provocar la desconfianza en la Iglesia se ha podido reconstruir con serenidad los hechos y la verdadera dimensión del problema. De ese modo, se han podido tomar medidas para la formación del clero y de los agentes de pastoral, así como se ha podido localizar los errores de fondo que llevaron a esas actuaciones de pederastia.
Como resaltan algunos autores de este trabajo colectivo se ha podido analizar en profundidad el proceso de perversión en algunas sacerdotes y religiosos para pasar de una relación de educación en la fe y en la moral católica a llevar a los jóvenes a una relación de abuso de autoridad moral de modo que fue pervertida profundamente esa relación. Es interesante los estudios y terapias para poder revertir esas relaciones y reconstruir a esas personas, primero para que no cayeran en la desesperanza y el suicidio y, segundo, para que pudieran reconstruirse como personas e incluso dentro de unos años ejercer alguna tarea pastoral.
En definitiva, el núcleo de este trabajo son los estudios que se aportan para lograr la sanación y la reconstrucción de las víctimas de los abusos. Para lo cual La Iglesia recomienda en primer lugar, denunciar e inmediatamente aumentar el ejercicio de las tres virtudes teologales: es preciso acercar a las víctimas con delicadeza y entrega para dolerse con ellas, sufrir con ellas, compadecerse. Solo de esa manera la persona se sentirá querida, acogida y renacerá en ella la esperanza: Dios es amor y me sigue amando y desea ayudarme a reconstruirme como persona, poder formar una familia y afrontar el futuro con fe, esperanza y amor. El “locus relegendus” de la Escritura que Mons. Jorge Carlos Patrón Wong, Arzobispo de Xalapa (México) propone es la escena de Moisés y la zarza ardiendo (Ex 13, 12): la iglesia nos pide abajarnos ante el infinito sufrimiento de Dios por cada víctima, pues sólo así podremos colaborar con Dios en la tarea de la reconstrucción (26).
Es muy importante descubrir que en este problema del sufrimiento de las víctimas tocamos el problema del mal ya abordado por el magisterio reciente y recogido en este libro en la Exhortación apostólica del papa Juan Pablo II “Salvifici doloris” (29), por Benedicto XVI en su visita al campo de exterminio de Auschwitz (37) y por el papa Francisco en mucho momentos de su pontificado y, especialmente, en el encuentro con los jóvenes en su viaje pastoral a Sri Lanka y Filipinas el 18 de enero 2015 (38).
José Carlos Martín de la Hoz
Pedro García Casas (ed), Luz y sanación. Un abordaje esperanzador de los abusos sexuales en la Iglesia, Rialp, Madrid 2025, 229 pp.