Magníficos rebeldes

 

La profesora alemana del “Royal College of Art” en Londres, Andrea Wulf, ha logrado con el libro que ahora presentamos, la mejor definición acerca del período “romántico” en Alemania (1794-1906), sucedido tras la revolución francesa y la muerte de Kant, a través de una espléndida recreación del ambiente cultural, sociológico, económico y humano de los grandes personajes que lo hicieron posible y de la intensa interrelación e intercambio entre ellos.

Esta obra es aparentemente sencilla, aunque, en realidad, es muy rica en documentación, interpretación, historia de las manifestaciones de la cultura y del arte en sus más variadas manifestaciones; pintura, escultura, moda, música, teatro, poesía, literatura, ciencias experimentales, filosofía, teología, política teórica y real. Todo ello hace de esta obra un manual de obligada lectura para quien desee conocer mejor el nacimiento del romanticismo alemán y la comprensión de la libertad en ese período.

Efectivamente todos los autores claves están perfectamente descritos, analizadas sus obras y, sobre todo, aparecen como son en realidad, con sus miserias y con sus grandezas y, por supuesto, con sus enfermedades y fracasos amorosos e intelectuales. También están muy bien descritas las pasiones humanas: los amores y amoríos, las envidias y desprecios, las fidelidades y traiciones: “desde Kant somos nosotros los que construimos el pensamiento” (39) y por tanto “en Jena gozaban de la indefinición” (41). Lógicamente, con estos condimentos y cuatrocientas páginas (más de 200 de notas y fotografías) de palpitante acción y emoción, es decir, con muertes, enfermedades, invasiones revolucionarias de los franceses primeros y luego las napoleónicas. Además, las idas y venidas de los protagonistas (y todo ello centrado en la universidad de Jena), logran de este libro el ser la mejor definición del Romanticismo alemán y por supuesto del que se extenderá por toda la Europa de la civilización occidental.

Goethe y Schiller son, indudablemente, los dos personajes centrales con sus fobias y filias. Sobre esta amistad imperecedera, van apareciendo y desapareciendo los demás actores sin hacer perder la primacía de los dos primeros mencionados. Es decir, los hermanos Schlegel, Schelling con su filosofía de la naturaleza (218) y sus inseparables, Hegel y Hölderlin (217) y, por supuesto el poeta Novalis y su amada Sofia, la inteligentísima Carlota que estuvo unida a varios de ellos, Charlotte, Schleiermacher, von Humboldt, entrando y saliendo al mundo entero, abarcando tanto que termina por concretar poco (167), Fichte y su filosofía del yo (52) y tantos otros más, pero no muchos más.

Cuando termina la obra tenemos claro que el romanticismo consiste en poner imaginación (35), captar la belleza del mundo y la magia que contiene (190) y la anarquía de la estética (191) que, hay que romper moldes tanto en los temas como en la manera de presentarlos en el teatro, la poesía, la literatura pues la clave está en la magia y en el alma del pensamiento o de la propia vida humana: sin ello no hay verdadero arte ni vida. Finalmente: unificar ciencias y letras y razón y sentimiento (200)

José Carlos Martín de la Hoz

Andrea Wulf, Magníficos rebeldes. Los primeros románticos y la invención del yo, ediciones Taurus, Madrid 2022, 592 pp.