Entre las muchas ideas y abundantes luces que aporta el recientemente fallecido filósofo inglés Roger Scruton (1944-2020) en su breve ensayo “Historia de la filosofía moderna”, queremos detenernos en las sugerentes facetas que nos ofrece acerca de Nicolás Malebranche (1638-1715).

Indudablemente, Malebranche, clérigo oratoriano francés se distinguió siempre por sus buenas dotes literarias y dejó redactadas realmente bellísimas páginas de filosofía destinada al gran público en sus famosas “Conversaciones sobre la metafísica y la religión”, escritas en París en 1688 y editadas en Castellano recientemente en ediciones Sígueme de Salamanca (2009).

Fiel seguidor de Descartes a quien en muchas ocasiones desborda y, quizás, en algunos aspectos, llega a superar al maestro, especialmente en el optimismo con el que afronta la cuestión de la metafísica y, consecuentemente, acaba por reducir la oscuridad mística a sus límites (73).

Seguidamente, en las próximas líneas, intentaremos resumir las principales conclusiones a las que llega la profundización de Scruton sobre las posibles aportaciones a la filosofía de Malebranche.

En primer lugar, como es bien sabido por todos, nos recuerda que Malebranche aceptó la teoría de sus colegas cartesianos Cordemoy (1605-1684) y Geulincx (1624-1669), acerca del “ocasionalismo” y la defendió con todas sus fuerzas, que eran muchas: “puesto que las leyes del universo tienen su origen en Dios, es este quien produce los hechos que las conforman. Ningún hecho produce otro por sí mismo. Mas bien es el acontecimiento de algo lo que constituye la ocasión para que Dios origine lo conocemos como efecto” (74-75).

Asimismo, al tratar de la metafísica de Malebranche, nos recuerda Scruton que nuestro autor “defendió y desarrolló la teoría cartesiana de la creación continua; apoyó la opinión de que los últimos principios de la ciencia debían enraizarse en doctrinas metafísicas a priori e insistió entre esencia racionalmente concebida y propiedades empíricamente percibidas de las cosas” (75).

Es muy interesante que se detenga abruptamente Scruton, pues quizás por falta de espacio y, sobre todo, por escasos impactos reales, la penetración del pensamiento de Malebranche en la filosofía de su tiempo quedó, en cierto modo, oscurecido por la aparición de las obras de Spinoza y Leibniz quienes llevaron el debate filosófico a otras cuestiones y, sobre todo, porque en los Salottos y tertulias de los ilustrados, no había tanta capacidad para las honduras y, si en cambio, para temas de actualidad e interés.

Finalmente, nos recordará Scruton que Hobbes comenzará un ataque vigoroso al racionalismo que alcanzaría “su formulación canónica con el Ensayo sobre el entendimiento humano de Locke” (75).

José Carlos Martín de la Hoz

Roger Scruton, Breve Historia de la filosofía moderna, ediciones Ariel, Barcelona 2020, 446 pp.