La filosofía a lo largo de la historia ha intentado exponer los misterios naturales para llevar los hombres a una vida lograda. Por ejemplo, las relaciones entre la gracia de Dios y la libertad humana en el actuar, o el cariño de una madre y la firmeza para formar el alma de un niño o un adolescente.
En ese sentido, hay un misterio muy importante siempre necesitado de resolver en la práctica que es de las complicadas relaciones entre mente y cuerpo, pues son muy interesantes de explicar y a la vez difíciles de explicitar con ejemplos concretos y prácticos.
Este es el magnífico logro de esta novela de Rebecca Goldstein que ha conseguido acercarse al problema y plantear posibles soluciones al problema entre la parte espiritual del hombre que la filosofía clásica ha denominado alma humana y el cuerpo humano a través de la vida de enamoramiento, matrimonio, crisis y envejecimiento de una pareja de judíos, en la que ella ha sido educada en una familia judía ortodoxa (de hecho se adjunta un glosario para entender las discusiones con su madre y su hermano rabino) y el otro judío de nacimiento pero huérfano que nunca fue educado en la religión judía ni en ninguna otra y vive un agnosticismo existencial. De hecho, exclamará con toda naturalidad en la primera conversación: hablando de religión “no consigo conectarme con nada de eso” (51).
Juntamente la autora, expondrá la mentalidad femenina de una filósofa, detallista, lectora empedernida, que se pregunta siempre los porqués de las cosas y está en los detalles junto a la mentalidad masculina de un superdotado de las matemáticas, profundamente enamorado de las ideas abstractas, la geometría y en general del mundo de la abstracción, pues como afirmará: “las ideas son más consistentes que las relaciones” (41).
Por supuesto los caracteres son completamente distintos: ella muy femenina, práctica, libre, enamorada de enamorar, deseosa del amor romántico, muy amiga de sus amigas, tremendamente normal y feliz, con un hombre que habla sin parar de lo que ha pensado y leído, que hace el amor deprisa como quien debe resolver una necesidad. Es interesante que como el colmo del pragmatismo afirmará: “la ética va de derechos y obligaciones” (42).
Con esos constantes contrastes a la hora de enfocar los problemas ordinarios de una pareja, la autora irá exponiendo las relaciones entre el entendimiento, voluntad, afectos y sentimientos de la persona humana; el concepto de bien y mal, el del amor como donación y, por contraste, el amor como recepción de cariño sin más. El egoísmo y la entrega o donación incondicionada. El aburrimiento y la obsesión: “el hombre debe llenar más de un agujero” (72). La magistral explicación del viaje de novios es la mejor exposición de la ruptura entre el amor y el egoísmo.
José Carlos Martín de la Hoz
Rebecca Goldstein, El problema mente-cuerpo, ediciones Pilot, Madrid 2025, 367 pp.