Desde el pasado 1 de octubre y hasta el 10 de junio de 2016, en el Museo del Prado se puede visitar la exposición "El divino Morales". Parece que unos meses más tarde se podrá ver también en Barcelona. Acudí el pasado domingo 18 de octubre por la mañana y para mí ha sido un rato revelador, de los que dejan poso.

Luis de Morales vive en pleno siglo XVI (1510 o 1511 a 1586), casi siempre en Extremadura. En su pintura, hay influencia de maestros como Alonso Berruguete, Sebastiano del Piombo y otros pintores castellanos, flamencos e italianos, e incluso de Leonardo da Vinci, en opinión de los expertos. Su pintura es religiosa –de ahí el apelativo de "divino"–, en una época de reforma y de enriquecimiento espiritual y místico en la Iglesia Católica, como reacción a la dolorosa crisis causada por el cisma luterano. Un siglo de una gran riqueza histórica y cultural, el siglo de Santa Teresa de Jesús, de San Juan de la Cruz,  de Fray Luis de León, de Garcilaso de la Vega, por citar solo a los más insignes. Muchas obras de Morales fueron encargadas por particulares, se trata de cuadros de pequeño tamaño, que ayudaban a buscar el trato íntimo con Jesucristo, con la Virgen, especialmente por la contemplación de escenas de la Pasión. Hay que tener en cuenta que el pintor conoció a San Juan de Ribera, otra figura muy destacada de la llamada contrarreforma, cuando este era obispo de Badajoz (1562-1568) y le encargó diversas obras de las que en la exposición se ofrece alguna muestra.

                La pintura de Luis de Morales es de una sutileza exquisita, delicada, que remueve y conmueve. Me parece que, al contemplarla con sosiego, la devoción arranca casi como una necesidad, como si el espectador recibiera una interpelación o una llamada o más bien un susurro que lo invitara a pararse y examinar su vida, y entonces surgen con naturalidad el agradecimiento, la compunción, la petición…, pero con serenidad, bien lejos de angustias y tremendismos de otras épocas. Regresa uno luego al ajetreo cotidiano con otro talante, espiritualmente renovado.

Luis Ramoneda