Pensar en Dios con Simone Weil

 

Byung-Chul Han, el famoso pensador coreano-alemán está consiguiendo captar la atención del mundo intelectual europeo, harto de experimentos posmodernistas que solo conducen a un inmanentismo cada vez más encerrado sobre sí mismo, hasta el extremo de firmar verdaderos best-seller.

En esta ocasión, de un modo positivo y atrayente, retoma el pensamiento de Simone Weil (1909-1943) sobre Dios y se dedica a repasar con ella sus ratos de oración y su revisión de la vida y de la cultura de su tiempo bajo la óptica trascendental, prolongándola hasta nuestros días, de hecho, el trabajo se llamará, con razón, “pensar con Simone Weil”.

Han ha logrado que verdaderamente logremos meternos en la mentalidad y en el corazón pensante de Weil con quien todos los españoles tenemos una deuda de gratitud, pues llena de su inmenso corazón y de su pensamiento democrático y social se movió a venir a combatir en nuestras tierras por la libertad.

Asimismo, Simone Weil, judía, conversa al amor de Jesucristo, llegó a la intimidad con Jesús en Asís (1935) y en Soresmes (1938), donde encontró a Dios en el silencio y en la liturgia, ambas penetraron hasta el fondo de su corazón.

Particularmente, apasionantes son las páginas dedicadas al encuentro con Dios en el centro del alma y al camino de la humildad. Lo que el maestro Eckhart predicaba con tanta fuerza: “el fruto de la nada”, se hace realidad en Simone Weil y también en el alma del lector si tiene el atrevimiento de proseguir la lectura de este apasionante trabajo.

En varios momentos se referirá a la gracia, a la acción de Dios en el alma, al Espíritu Santos con sus dones y sus frutos. Lo impresionante es que todo esto se realiza en el alma de Simone y de cualquier hombre y mujer si se deja. Si colabora con Dios mediante el silencio, la mirada amorosa, la caridad sobrenatural, el amor a Dios y a los demás incondicionado.

Ciertamente los cristianos tenemos la gracia de Dios de haber recibido el bautismo con todos los dones y gracias y, además, los sacramentos, especialmente de la eucaristía y la confesión. Ciertamente Weil es una mujer que explica con su vida cómo Dios ha entrado en su alma la ha hecho feliz y la ha enamorado, aunque ella no haya terminado de dar el paso del bautismo.

Es interesante el espacio que dedica nuestro autor a la “descreación” o camino de la humildad en Simone Weil, pues ciertamente la aceptación de la propia limitación física, de los medios económicos, de las fuerzas mentales, son parte importante de la virtud de la humildad (39).

José Carlos Martín de la Hoz

Byung-Chul Han, Sobre Dios. Pensar con Simone Weil, Paidós, Barcelona 135 pp.