Religión y religiones

 

En una de sus últimas obras, casi ya de carácter póstumo, el monje, teólogo e investigador catalán el benedictino professo de Monserrat, Prof. Lluís Duch (1936-2018), que ha subtitulado como “una trayectoria intelectual”, realiza una interesante alusión y aportación a la cuestión de la Teología y, asimismo, de la filosofía de las religiones.

Vaya por delante, que Lluís Duch murió en el seno de la Iglesia Católica y fue reafirmándose a lo largo de la vida en la hondura, armonía y profundidad de la revelación que posee la Iglesia como regalo y don del Espíritu Santo.

Además, había hecho su tesis doctoral y primeras publicaciones sobre el mito en las obras del profesor Mircea Eliade, por lo que tenía muy finamente asumida la diferencia entre un sacramento, un signo, un mito, etc., lo que era algo muy difícil de manejar, por ignorancia para otros colegas de su tiempo.

Precisamente, la Iglesia católica ha recibido gratuitamente la Plenitud de la Revelación en la persona de Jesucristo, cuyo contenido se trasmite de generación en generación, debidamente custodiado por el magisterio de la Iglesia, que es quien interpreta profundamente ese tesoro insondable, contenido tanto en la Escritura, en la Tradición, en la sagrada liturgia y en las vidas de los santos: “la mística es una actitud y una praxis irrenunciable para toda existencia humana” (177),

Así, recordará, refiriéndose a la cultura imperante en la actual sociedad española y occidental: “El desencanto, por un lado, y la desconfianza, por el otro, han sido los fundamentos de «la cultura ex» que ha introducido en el tejido político, social y religioso una perniciosa civilización del olvido que, ahora mismo, es claramente perceptible en el conjunto de nuestra sociedad y, de una forma quizás incluso más cruda, en la planificación de los estudios de todo tipo” (197).

La lectura de la obra autobiográfica del monje Lluís Duch muestra que Dios se ha cruzado en el camino de su vida y de la vida de cada hombre cada día, pues “Dios quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad” (1 Tim 2, 3-4).  La invitación de Jesucristo a la oración personal a la identificación eucarística hace que la auténtica religo es la atadura de Jesús con cada uno, pues como recuerda el Apóstol: “Acaso ¿no sabéis que vuestros cuerpos son templos del Espíritu Santo, que habita en vosotros, y el cual habéis recibido de Dios, y que ya no sois de vosotros, puesto que fuisteis comprados a gran precio?” (1 Corintios 6, 18).

Son magistrales las referencias del profesor Duch, en ajuste de cuentas con su generación, a meditar en ese Otro, que busca la relación la ligazón, la entrega de su sangre y de su cuerpo eucaristizado y que sale a nuestro encuentro, para luego enviarnos a los demás en su nombre: “ni Dios sin el hombre, ni el hombre sin Dios” (194).

José Carlos Martín de la Hoz

Lluís Duch, Salida del laberinto. Una trayectoria intelectual, editorial Fragmenta, Barcelona 2020, 220 pp.