Rumor de eternidad

 

El profesor de la Universidad Pontificia de Comillas, Pedro Rodríguez Panizo, recoge en el trabajo que ahora presentamos algunas conclusiones de su extensa investigación acerca de la fe, la razón y el tiempo. Lógicamente, al provenir su investigación de otros trabajos ya publicados los capítulos del libro resultan algo desiguales en profundizad y en rigor expositivos y, de hecho, se dan algunas repeticiones.

En cualquier caso, merece la pena hacer una lectura detenida, pues el autor tiene realmente oficio y mucha experiencia a la hora de exponer cuestiones de teología fundamental y de historia de la teología fundamental y un gran conocimiento de los límites y alcances de la teología contemporánea. Es decir, que nos recuerda que el hombre de fe de hoy ha recibido “un llamamiento imperioso a salir de sí mismo en el servicio a los demás y una renovada conversión en todos los órdenes -personal y comunitario- al Dios de Jesucristo” (13).

El autor manifiesta una gran confianza en la fe y en la razón del creyente de hoy y hace una llamada vigorosa a ejercer la libertad contantemente para vivir una fe madura en la donación a los demás: “Cuando decrece la libertad, no tarda mucho en hacerlo la razón, unida a ella de forma indisoluble” (21). De hecho, señalará, un poco más adelante: “Lo que llevamos vivido del nuevo siglo está repleto de fundamentalismos, fanatismos de toda índole, violencia e injusticia por todas partes, de modo que la tentación de descreer de la libertad y de la razón tiene el terreno perfectamente abonado” (23).

Enseguida nos recuerda que la conciencia es: “un vacío en que resuena todo, el hueco del corazón (sinus cordis) de que habló Bernardo de Claraval, capa de hacer resonar todo tipo de tonalidades espirituales y encontrar conexiones entre lo visible y lo invisible” (34). Es decir, la “oración es el lugar privilegiado para esa lectura creyente de la realidad que nos religa a Dios, cuando se contempla con la luz de la fe y ante el amor d Dios” (36). En cualquier caso, añadirá: “Sin teología viva no hay predicación profunda y la Iglesia estará tentada por la rutina, el moralismo y el olvido del evangelio esencial” (51). Indudablemente la religión es una “interrupción” (75).

Respecto a las relaciones fe y ciencia nos recuerda que “la ciencia en realidad es método” (151). De hecho” el desafío del creyente está en dar con la relación adecuada entre lo último (Dios) y lo penúltimo” (155). También añade: “La teología ha sido siempre consciente del riesgo de los conceptos: que se vuelvan rígidos con el paso del tiempo y entorpezcan su primer impulso creativo, inventivo y dinámico del momento más originario” (171) Es interesante observar cómo se han serenado los ánimos y los debates teológicos recientes son convergentes en la teología de comunión, en las aportaciones desde la teología trinitaria a la comprensión del misterio de la donación infinita de Dios a sus criaturas, lo que denomina nuestro autor: “el monoteísmo trinitario como ámbito de holgura” (190).

José Carlos Martín de la Hoz

Pedro Rodríguez Panizo, Rumor de eternidad. Entorno a la fe, la razón y el tiempo, ediciones Sal terrae, Santander 2022, 270 pp.