Saber del mal y el bien

 

Victoriano Roncero, catedrático de literatura española del siglo de Ori, acaba de publicar una magnífica edición crítica de una de las grandes comedias del gran dramaturgo español Pedro Calderón de la Barca (1600-1681), uno de nuestros grandes autores del siglo de Oro de las letras castellanas.

Esta obra consiste en una pequeña pieza de carácter histórico ambientada en el siglo XII, a la que nuestro autor decidió poner por título “saber del mal y del bien” y donde se nos narra una historia cruzada de felicidades y sufrimientos: “la caída de un privado y la ascensión de otro, que suele ser amigo del caído” (30).

El momento de la composición tuvo lugar entre 1624 y 1627 y fue estrenada en los primeros años de Felipe IV y del gobierno del valido Conde Duque de Olivares, en la corte madrileña del Palacio del Pardo a finales del año 1627. Como es sabido estuvo prohibido publicar comedias entre 1625 y 1635, por eso fue publicada en 1636 con las otras primeras comedias de calderón (7).

En cualquier caso, hay que recordar que Calderón como la mayoría de los grandes Autores de su época, someten la historia a la poesía y “la verdad poética nos presenta una visión de los acontecimientos y personajes históricos que se adaptan al mensaje que el dramaturgo quiere transmitir al espectador de los corrales o de los salones palaciegos, que no acudía a la representación para aprender sobre el pasado, sino para disfrutar con las aventuras y desventuras de los personajes que aparecía encima del escenario” (27).

Es interesante reflejar que Calderón de la Barca en la obra “saber del mal y el bien”, defiende claramente la idea de que “el rey tiene el poder absoluto y que nadie puede discutir ni desobedecer sus deseos, incluso aquellos que non impropios de un monarca” (36). De hecho “en el final de la obra el rey perdona al falsamente acusado conde y lo coloca de nuevo en el centro. En estas palabras de reparación de la injusticia cometida con el noble castellano alude a la “relación entre el monarca y su privado basada en la amistad” (38).

Enseguida la obra mostrará los vaivenes de la fortuna que nos enseñan a no poner el corazón y el fin del alma en los bienes de la tierra;  el favor de los hombres, las riquezas y honores, es decir el fondo moralista de todas las obras del siglo de oro de las letras castellanas, situadas en tiempos para Ir al cielo: “el bien y el mal deben ser entendidos desde el concepto de la fortuna: buena o mala, mala o buena en las peripecias cortesanas de los dos nobles: don Pedro y don Álvaro que conocen las dos caras de la diosa Romana” (40).

Finalmente, la trama amorosa que atraviesa la trama principal y que le añade más mordiente, contiene los elementos habituales del amor cortesano, a los que Calderón aliña con un triángulo amoroso de los personajes centrales (46-47).

La obra culmina con una cuidada edición crítica llena de interesantes notas críticas y eruditas en las que él lector puede gozar acerca de la sabiduría con la que se pueden glosar y comentar los lances del texto con referencias de gran conocimiento e interpretación.

 Asimismo, deseamos señalar la cuidada bibliografía señalada por el autor e insertada al final de la obra, en ella se recogen los textos actuales sobre el autor y su época y seleccionadas las publicaciones más interesantes.

José Carlos Martín de la Hoz

Pedro Calderón de la Barca, Saber del mal y el bien, edición crítica de Victoriano Roncero, ediciones Iberoamericana-Vervuert, Madrid 2019, 206 pp.