San Juan Pablo II, Papa y pensador cristiano

 

El profesor Juan Luis Lorda, Ordinario de Teología y director del departamento de Teología Sistemática de la Universidad de Navarra, es un buen conocedor de la historia de la teología del siglo XX, acerca de lo cual ha investigado mucho y ha escrito abundantes trabajos y, por supuesto ha profundizado en la teología de los autores que influyeron en la renovación de la teología sistemática. Así, pues. Estamos ante uno de los mejores especialistas en la teología previa al Concilio Vaticano II y. por supuesto, en la historia de la recepción de los Decretos y Constituciones del Concilio en el mundo entero, es decir la cuestión de la hermenéutica del Vaticano II de la renovación en la Tradición.

Podemos afirmar que una de las personas más indicadas para reflexionar sobre la aportación a la teología y, en general, al pensamiento cristiano de san Juan Pablo II, el papa más viajero de toda la historia, el que más santos y beatos ha beatificado y  canonizado en toda la historia de la Iglesia y autor de un fecundo magisterio, durante más de veinticinco años, así como haber puesto en marcha la verdadera aplicación del Concilio Vaticano II, con la publicación del Catecismo Universal, la reforma del Código de Derecho Canónico y aplicación de la verdadera reforma litúrgica.

Respecto a los temas teológicos más innovadores, señalará el profesor Lorda que la elevación del cardenal de Cracovia para la Sede de Roma, implicó la presencia de uno de los padres conciliares más activos (123), especialmente en la Constitución dogmática Gaudium et spes y en la preparación del documento postsinodal Evangelium Nuntiandi, motivos por los que verdaderamente podemos afirmar que la presencia de san Juan Pablo II y del, primero, cardenal Ratzinger y, después Benedicto XVI, ha sido providencial para la exacta interpretación de los textos conciliares (125-126).

Evidentemente, al ser la especialidad del teólogo Wojtyla los temas de Antropología y ética y, sobre todo, los fundamentos de la moral matrimonial, supo ahondar en las claves de la teología del cuerpo, esenciales para entender la Humanae Vitae, Familiaris consortio y Donum vitae, así como de las orientaciones fundacionales del Instituto Juan Pablo II sobre matrimonio y familia: “cuestiones urgentes para la vida de la Iglesia universal” (128).

Inmediatamente, subrayará el profesor Lorda la íntima relación en el pensamiento de san Juan Pablo II entre la verdad y el desarrollo de la persona, pues “la moral cristiana no se puede basar solo en los valores porque la persona se hace buena o mala en sus actos, en la medida en que sigue o no a la verdad manifestada en la conciencia” (129), cuestión que culminará en la Veritatis splendor (1993).

Finalmente, la cuestión de la Teología de la Historia (131) que en este Pontificado cobrará acentos trascendentales desde la homilía de comienzo del pontificado, la preparación del nuevo milenio, la purificación de la memoria del 12 de marzo de 2000 y la publicación de cruzando el umbral de la esperanza y Memoria e identidad (2005).

José Carlos Martín de la Hoz

Juan Luis Lorda, San Juan Pablo II, Papa y pensador cristiano, ediciones Palabra, Madrid 2020. 159 pp.