Indudablemente una de las grandes aportaciones a la cultura y a la civilización del llamado mundo occidental, ha sido la admirable conjunción del derecho Romano, la filosofía griega y el evangelio de Jesucristo, especialmente en el concepto de persona humana, es decir, en un sujeto de derechos y obligaciones.

Prueba de ello, es esta magnífica aportación del excepcional historiador y ensayista alemán Rûdiger Safranski (Rottweil 1945), quien ha reunido, en su último trabajo que ahora presentamos, un conjunto de ideas de pensadores que abarcan desde el humanismo renacentista, la ilustración, la modernidad hasta nuestros días y que han alumbrado el pensamiento existencial bajo el ángulo del individualismo, lo que verdaderamente sería una aproximación a la propuesta de renovación del rico concepto de persona en la actual versión de la posmodernidad

Es muy interesante el itinerario empleado por el autor para rastrear en figuras tan señeras y variadas como Montaigne, Rousseau, Diderot, Kierkegaard, Hannah Arendt, Canetto y Jünger, especialmente lo que entienden cada uno de ellos, alrededor del concepto de individuo humano frente al concepto de grupo, masa, comunidad o sociedad. Indudablemente, para los creyentes, el concepto de persona humana, va mucho más allá que el de individuo y ser único, que desarrolla Safranski en su obra, pues trasciende las consideraciones generales del derecho romano y del derecho civil actual, pues nada es verdaderamente comparable con una concepción del hombre como imagen y semejanza de Dios.

Precisamente, al arrancar con un autor tan interesante como Pico de la Mirándola, Safranski ha logrado sintetizar en breves páginas el concepto escolástico y artístico del medievo y del Renacimiento con el humanismo que pone al hombre en el centro de la creación (22). Es evidente que solo un autor como Safranski puede lograr una síntesis tan lograda como la que ha quedado expresada en este trabajo. Como afirmará en el proemio de su trabajo Safranski: “se trata de ser persona y crecer” (12).

Son muchas las aportaciones históricas y sabias conclusiones que recoge nuestro autor, por lo que solo podremos recoger algunas. Por ejemplo, es interesante el mal uso de la libertad en Maquiavelo que logra sustituir la voluntad de servicio por el ejercicio del poder (31) y como ha sintetizado Safranski: “solo un fracasado como él puede dar consejos en adelante” (32). Enseguida nos hablará nuestro autor de Lutero y de “su Dios” (35) que terminará por hacer desaparecer las mediaciones (48) y por someter la Iglesia al Estado (49).

Finalmente, no podemos dejar de señalar las páginas dedicadas a Kierkegaard, quien al plantear la fe como entrega (139), concluirá en que la “fe es un salto de amor a Dios” (143), aunque “el impacto del instante termine por desvanecerse” (146). Safranski podría haber culminado llamando al hombre a la relación personal con Jesucristo (285), pero se contenta con señalar que “la mujer debe sostenerse sobre sus pies” (205).

José Carlos Martín de la Hoz

Rüdiger Safranski, Ser único. Un desafío existencial, ediciones Tusquets, Barcelona 2022, 365 pp.