Siempre los clásicos

 

No pierden actualidad los clásicos, son de ayer, de hoy y de siempre ¿Por qué? El lector ya lo sabe: porque tocan los temas importantes del ser humano, como el viaje de la vida, el destino y el final, el misterio del nacer y del morir, la amistad, las grandes pasiones, la dignidad, el alma, y Dios o al menos los dioses.

Leer y releer es muy conveniente para pensar. El papel suele ayudar más, pues tiene la pausa de varios siglos, se puede abarcar mejor, permite hojear, volver y recordar personas, situaciones, ambientes o paisajes exteriores e interiores. Leer y releer es algo que hacemos con frecuencia, y decimos con verdad, referida a la historia, la literatura, y la vida misma. Porque con la buena literatura aprovechamos la experiencia, la belleza y el bien, que otros revelan y expresan con acierto.  

He releído «Cosas que nadie sabe», del novelista Alessandro D’Avenia. Algunos lectores de CDL ya le conocerán por esta y otras novelas, como «Blanca como la nieve, roja como la sangre». Es literatura de calidad como acostumbra este profesor italiano con amplia experiencia en el Liceo, en el trato con los jóvenes, los profesores y padres de los alumnos. Alguno le ha calificado como gurú de los jóvenes de Italia: buen conocedor del mundo de los adolescentes gracias a su empatía, sensibilidad, y mirada siempre optimista.

Esta vez se mete en el alma de Margherita, con su timidez, y de Giulio, un joven insolente por estar desconcertado y sin asideros. Los padres de ella, su amiga Marta y su familia con vena artística, el profesor de literatura y Stella, y otros varios componen una deliciosa melodía muy humana. Unas tramas de vidas humanas tejidas con evocaciones de grandes obras de literatura de Dante, Shakespeare, Man, Dostoievski, Tolstoi, Huxley, Ovidio, y siempre Homero. Naturalmente incluye autores actuales, letras de canciones, se refiere a películas, etcétera.

Dispuesto a valorar siempre a los clásicos evoca esta vez a Telémaco, hijo de Ulises y Penélope, en busca de su padre ausente, en el gran poema «Odisea». Algo real en la vida de los protagonistas. La sensibilidad y mirada del profesor D’Avenia, toca los grandes temas de la vida desde la óptica del amor limpio que salva, las cosas que nadie sabe por otro. La búsqueda, la felicidad, la muerte, la familia, la amistad, el peligro, y naturalmente Dios en el fondo.

La ciudad siempre, el instituto, la librería. Y también la escapada, el ambiente de la costa, las calles y las casas, la barca, y el mar, ambientan la imagen de la perla y le sirve para mostrar que el gozo y el dolor van unidos para engendrar la joya de la propia vida. Alguien podría pensar que tanto sentido y sensibilidad sería empalagoso, aunque no es así cuando se adentra en las entretelas de la vida.

Las ideas claras y las frases muy trabajadas con expresiones felices, componen esta buena novela para pensar y repensar; para reflexionar, descubrir la perenne actualidad de los clásicos que perviven hoy día en el común de las gentes, personas no anónimas, sino con alma y cuerpo, emociones y desconciertos, y un corazón hecho para amar y ser amado. 

Jesús Ortiz López

Alessandro D’Avenia. Cosas que nadie sabe. Grijalbo. 2013