Indudablemente la vida santa del matrimonio Alvira-Domínguez cuya causa de canonización fue clausurada por el Emmo. Cardenal Arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela en la cripta de la basílica pontifica de san Miguel el 20 de septiembre de 2012, se podría resumir de muchas maneras.
La más impactante la acaba de realizar Isabel Alvira Domínguez en un magnífico libro redactado desde París donde ha gastado la vida trabajando en la formación de gente joven en la capital de Francia: “sin libertad no hay familia”.
Este es el secreto de esta semblanza del matrimonio que acaba de publicar ediciones Rialp y que será pronto presentado públicamente en Madrid. Si no hay libertad no hay amor y por tantos para que una familia sea muy feliz hace falta que todos pongan la energía de la libertad en hacer feliz a los demás.
Cuando hace unos meses tuve la confianza de la autora para leer este texto y hacer algunas sugerencias como postulador diocesano de la causa de beatificación y canonización, solo realicé una sola sugerencia: añadir algunas anécdotas más al texto original.
Efectivamente, la autora ha hecho humildemente un repaso del magnífico texto para incorporar algunas anécdotas, sucedidos, que a ella le habrá parecido superfluo pues la sustancia estaba bien asentada, pero a los que nos dedicamos a estos oficios sabemos que los santos son recordados más por sus anécdotas que por sus hechos. Evidentemente quien escucha del Señor “bien siervo bueno y fiel porque has sido fiel en lo poco entra en el gozo de tu Señor”, no necesitará recordar ninguna anécdota, pues estamos ante el acta de canonización. Es decir, señalar un ejemplo de vida para la eternidad y para todos los cristianos.
Las anécdotas que ha incluido María Isabel en el texto son muy sabrosas y significativas y nos confirman en que estamos ante dos santos de la puerta de al lado, dos santos de barrio y dos santos de proximidad. Es decir, personas admirables e imitables, porque fueron fieles al amor.
Verdaderamente todos los cristianos recibimos una vocación específica al amor. Maduramos amando y crecemos en la medida en que nos entregamos a Dios y a los demás.
La autora ha sabido espigar a lo largo de la vida de sus padres anécdotas concretas y muy aplicables a la vida actual. Se ama igual en los años 80 que en los 2080, es cuestión de salir de nosotros mismos y buscar la manera de tener detalles cada día y sorpresas semanales con nuestros seres queridos. Estos son los amores que no pasan de moda, los que no tienen fecha de caducidad.
Querría subrayar el amor al Santo Padre, a la Iglesia santa y al fundador del Opus Dei que este matrimonio santo inculcó a sus hijos y que le ha hecho tan felices.
José Carlos Martín de la Hoz
María Isabel Alvira. Cuando el amor construye la familia, Rialp, Madrid 2025, 164 pp.