Sobre la revolución

Termino el libro de Chaves Nogales sobre la revolución rusa y me pregunto qué interés tiene leer sobre ésta cuando nos sobran las desgracias contemporáneas. Sabemos lo que significa una revolución, una parte de la sociedad que trata de imponerse por la violencia sobre el resto para alcanzar el poder.

En el ámbito de la política hay distintos tipos de revoluciones: Ideológicas, dirigidas a imponer en la sociedad determinada ideología; revoluciones de una clase social y revoluciones reactivas. Estas últimas obedecen a una situación de injusticia que se trata de eliminar sin modificar el status quo general. Lo normal es que las causas se mezclen: Una clase social emergente adopta una determinada ideología y aprovecha una situación de crisis para enfrentarse con la clase gobernante. En el caso de la revolución rusa los obreros y campesinos -en teoría- abrazaron el bolchevismo para imponerse o eliminar a las demás clases sociales. La situación previa a una revolución suele ser la de agudizar la represión por parte del poder para oponerse a los vientos de cambio. También hay miembros de la clase dominante que, por diversas razones, se unen a los revolucionarios.

En los años sesenta del siglo pasado se dio en Occidente una cierta mística revolucionaria; eran los hijos de la burguesía y de los obreros que reivindicaban su lugar en la sociedad. Comenzó en las universidades americanas e hizo crisis en Europa, en 1968. En este continente su ideología fue comunista o próxima a ella, su adversario el poder -cualquiera que fuese-, sus héroes Che Guevara, Mao y otros personajes del mismo perfil, y el motivo desencadenante la guerra del Vietnam. El movimiento estaba muy poco maduro y se deshizo después de ciertos episodios de violencia. Algunos revolucionarios se integraron con éxito en la burguesía que denostaban, otros se adhirieron a la revolución sexual y a las drogas y terminaron con una enfermedad mortal. La guerra del Vietnam terminó como ya sabemos, como un ejemplo del comunismo-capitalista asiático.

La revolución de 1968 se deshizo, pero no sin dejar sus heridas en los aspectos cultural y ético. Las principales fueron la rebeldía frente a toda autoridad y el rechazo de las barreras morales que se veían como un obstáculo para la libertad. Las Iglesias constituían un poder y fueron impugnadas igual que las creencias que defendían. La nueva religión era la política y su ideología la llamada sociedad del bienestar, una sociedad con derechos pero sin responsabilidad, de la que la familia fue una de las víctimas más evidentes.

En nuestros días existe un cierto descontento que en un momento estuvo representado por los llamados indignados. La burguesía es la clase social dominante, pero cada vez resulta más difícil alcanzar los estándares de la sociedad del bienestar: trabajo fijo, vivienda y estabilidad económica. Los que no logran alcanzar ese nivel son aquellos a los que el papa Francisco ha llamado los descartados. La sociedad del bienestar necesita de un cierto numerus clausus -no hay más cera que la que arde- y sus beneficiarios no están dispuestos a compartir sus privilegios, cada vez mayores y más excéntricos. La sociedad del bienestar también requeriría que la gente no envejeciese, pero esa cuestión todavía está pendiente de resolver. Mientras tanto los modelos sociales -salvo excepciones- son personajes riquísimos a base de dar patadas a un balón o de hacer gorgoritos musicales, y esta circunstancia hace más insultante la situación de los que no alcanzan un nivel mínimo. La libertad que reclamaban los revolucionarios de 1968 se ha convertido en individualismo y la igualdad en una concepción materialista de la vida.

El papa Francisco, en sus cartas a los cristianos y a todos los hombres, reivindica un estilo de vida austero y solidario, inspirado en el bien común y que no se deje arrastrar por las ideologías.

En cuanto al libro de Chaves Nogales, la suma de anécdotas acerca del maestro Juan Martínez no lo veo como una obra literaria sino como un ejemplo de prosa periodística.

Manuel Chaves Nogales, El maestro Juan Martínez, Libros del Asteroide 2019

Papa Francisco, Laudato si', San Pablo 2015

Juan Ignacio Encabo Balbín